El primer paso para su desaparición física ha sido su desaparición digital. Los verdaderos terroristas que han condenado a Dugin y a Daria, en definitiva, son todos estos poderes mediáticos, económicos, estatales y globales. La mano que haya detonado la bomba será de algún ucraniano, británico, ruso o checheno, pero será solamente la mano que ha ejecutado la sentencia que fue dictada por todos aquéllos.