La salida a la crisis económica provocada por el coronavirus solo puede ser inspirada en clave verde, producida de manera sostenible y renovable en su modo de provisión energética. Cierto que los grandes terremotos suscitan síndromes de retorno al pasado, a lo que fue seguro, aunque no goce de la posibilidad de volver a serlo. Así, algunos angustiados reaccionarios sueñan, lo mismo en China que en Polonia, con el retorno a las centrales sustentadas en carbón mineral, o en relajar otros avances ya pactados hacia energías más limpias.