El sábado 7 de mayo se concentró en Madrid el colectivo cazador para reivindicar dignidad y respeto hacia su actividad (1).
Que un colectivo como el de los cazadores se manifieste para exigir algo sorprende, pues su actividad es legal, recibe subvenciones públicas y entre sus filas campan altos políticos de reconocido prestigio, gente de la farándula, taurinos, ejecutores de galgos, homicidas de ciclistas y senderistas, presidiarios corruptos, etc.