De verdad que a este tio, cuando salga de presidente, le veo haciendo trio con Faemino y Cansado... Ya los veo a los tres, con su palillo en la boca y la copa de Brandy en la otra... contando chistes de barra de bar...
Hombre... antes de Barcelona 92, la ciudad casi no existía en el exterior. Después y gracias al evento, las obras de remodelación y saber aprovechar el impulso publicitario ha provocado que 17 años después, cuando salgo de España y digo que soy español, lo primero que me preguntan es... ¿Eres de Barcelona?
Así que, lo mismo algo bueno tienen...
#16 Yo no soy fan boy... simplemente pretendo mostrar que precisamente, realizar un pinchazo "ilegal" usando SITEL es lo más dificil del mundo ya que es un sistema que depende de muchas personas y que hay maneras mucho más fáciles de hacerlo si se quiere ser "ilegal".
Respecto al CNI, pues desconozco el tema de como funciona allí. Si que se que el sistema de GC y Policía es unificado en independiente del de CNI que supongo tendrá sus propios controles
Realmente, esta noticia me toca de lleno porque yo tengo la suerte o desgracia de trabajar en el entorno SITEL y desde aquí puedo decir que se utiliza con un escrupuloso seguimiento de la legalidad. El sistema no es más que una manera de centralizar lo que antes se tenía que hacer a mano en cada central telefónica y es obtener las grabaciones de aquellos números de telefono AUTORIZADOS por un juez. Toda grabación tomada tiene tanto un hash, timestamp y una marca de agua que impiden su manipulación así como están asociados a sus datos telefónicos. Todo ello con auditorías y registros de log de todas las operaciones del sistema.
Es imposible tomar una grabación "ilegal" sin dejar una traza que por tanto puede ser demostrada y encontrada en las auditorías periodicas del sistema.
Repito, solo se puede hacer previa autorización judicial que a su vez se remite a la operadora telefónica, que es quien deriva la llamada. Ninguna operadora telefónica la derivaría sin esa autorización.
En fin, que pena cuando ves un articulo de alguien que no sabe de que está hablando.