#6 Entonces... ¿Alguien puede explicarme de qué servirá votar el domingo si los mercados ya están planeando qué hacer con España? es que no lo entiendo, que pongan otro nombre a este circo y dejen de llamarlo democracia, esto sólo consiste en satisfacer a los mercados, a los especuladores, no en preservar los derechos de los ciudadanos ni el Estado del bienestar. La verdad es que dudo que ningún Gobierno, ni el de Alemania, pueda hacer nada, todos están al servicio de lo que digan los especuladores. Quizás sea pesimista y me equivoque, pero lo veo bastante negro.
Y como si estuvieran jugando al Monopoly, sin cortarse un pelo dicen literalmente: "El banco estadounidense propone vender España y comprar Italia a través de credit default swaps a cinco años"
Por fin hay datos sobre el apagón.
Según fuentes extraoficiales, por supuesto, fue secundado aproximadamente por mas de un tercio de los hogares españoles (unos 8 millones de hogares) que con el consumo aproximado, con calefacción incluida, de 1 KW en media hora cada uno, y teniendo en cuenta que el KW nos lo cobran a 0'12 €, hiberdrola dejó de ingresar en sus arcas 960.000 €. Casi un millón de euros menos.
Y no sólo eso, sino qu...e Hacienda dejó de ingresar por el IVA la cantidad aproximada de 173.000 €, casi 29 millones de las antiguas pesetas. Dos pájaros de un tiro.
Al parecer, los de iberdrola están muy preocupados por la pérdida económica. Hagamos que se repita y se aumente.
Apúntate a LOS MARTES "CONSUMO CERO".
Este martes repetimos de 22:00 a 22:30.
Es la forma que tiene el pueblo llano de luchar contra las injusticias. No les demos nuestro dinero a los ricos para que sean más ricos. Nuestro dinero para nosotros.
El sistema actual, a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), es responsable del mayor genocidio de la Historia. Si tenemos en cuenta que la mortalidad generada por la falta de acceso al agua potable es aún mayor que la producida por guerras y hambrunas, tendremos cifras de mortandad que superan los 100 millones de seres humanos al año. ¿No será que el actual sistema es antinosotros y no que nosotros seamos antisistema?
1 Y 2: Creo que no lo habeis leído o entendido, o esa impresión que da tras ver esos comentarios.
La cuestión es que en el sistema patriarcal, tanto mujeres como hombres estamos afectamos por el virus de la sumisión y ya no se distingue casi entre sexos, los dos son igual de garrulos y patéticos en el uso de la coherción, violencia y sumisión.
El hecho de que entren mujeres de forma normalizada, nos vende la imagen de un ejército moderno y "democrático", y pretende justificar lo "humanitario" que es matar o morir en Afganistán, por ejemplo, por los intereses económicos de los que mandan.
Hay que acabar con el virus del control y la sumisión y empezar a ser personas, no sexos.
Es curioso como a algunos se les llena la boca hablando de derechos, en concreto del derecho a trabajar, y sin embargo omiten todos los demás, conseguidos precisamente gracias a gente como los que están de piquetes en estos momentos, que a lo largo de la historia hay todo un río de sudor y lágrimas para que hoy tuviéramos un mínimo de derechos y dignidad. Pero que fácil se olvida todo, de un plumazo, zas! se creen que los pocos derechos que nos quedan a los trabajadores se han conseguido precisamente por chuparle la p.... al jefe un día de huelga.
En fin, la lástima es que encima esta gente luego se beneficie e incluso se ría de la lucha y el sacrificio de los que tienen la conciencia y el valor de enfrentarse a las injusticias para mejorar las condiciones laborales; a todos ellos les devolvía a otras épocas en las que tenían que currar 16 horas diarias sin festivos ni vacaciones por un plato de comida, para que hablaran de derechos con su gran bocaza, en concreto del derecho al trabajo (o mejor dicho: de esclavitud).
Falta humanidad y sobra egoísmo. Más solidaridad joder, que somos curritos y estamos en el mismo barco, y nos quieren hundir en la puta miseria!
Si no hacemos frente con la huelga a esta reforma, estamos todos vendidos, y muy baratos...
Asi que a pensar, que es GRATIS, y a actuar, que se hace tarde!
Albert Einstein tenia un famosisimo sobrino: Carl Einstein. Era un historiador del arte y un buen artista, que introdujo el arte africano al mundo occidental.
Carl Einstein fue ademas un activo militante anarquista, afiliado a la AIT, que fue a España a luchar en la guerra civil bajo las filas de la CNT. Tenia 50 años. Despues en la 2ª Guerra Mundial, judio, se suicidó antes de caer en manos de los nazis.
Sin duda su sobrino influenciaria en algo a Albertito.
Mejor ver el vídeo, no hay mucho más que decir. El montaje es muy bueno, y tiene un mensaje irónico y elegante que simplemente describe como lo del mundial y la selección han mermado las conciencias frente a la que nos está cayendo a los trabajadores. Vamos, que el espectáculo ha hecho su función con gran eficacia, en un momento en el que se debería salir a la calle por otros asuntos que verdaderamente afectan a nuestras vidas.
¿Qué es lo contrario de una huelga salvaje? ¿Una huelga domesticada? Depende de qué sentido demos a ‘salvaje’. Los sindicatos del Metro convocaron una huelga, y los trabajadores decidieron en asamblea no respetar los servicios mínimos desde el segundo día. En seguida se les acusó de salvajes.
El término “huelga salvaje” se refería, en su origen, a aquélla que montan los trabajadores espontáneamente, a espaldas de los sindicatos. A partir de ahí, puede ser también salvaje por ilegal o violenta -y en ocasiones lo son-. Pero también podemos pensar en otro significado de salvaje: el animal que no ha sido domesticado, que se mantiene fiero. En ese sentido, huelgas como la propuesta por los trabajadores del Metro serían, en efecto, salvajes, pues se parecen a cómo eran las huelgas en los inicios del movimiento obrero, antes de que fuesen reguladas, limitadas y, en definitiva, domesticadas.
Aunque en España la Constitución pide una ley de huelga, ésta nunca llegó, y sigue vigente una norma preconstitucional. Con ella, los servicios mínimos son fijados discrecionalmente por la autoridad, y los huelguistas tienen que cumplirlos, aunque los vean abusivos. Siempre pueden recurrir a la Justicia, pero cuando les da la razón el daño ya es irreparable. En el caso del Metro, los servicios mínimos del 50% implican que los viajeros esperen unos minutos más de lo habitual, y que viajen más apretados. Así se garantiza la “normalidad”, justo lo contrario a lo que pretende cualquier huelga.
Vale, incumplir los servicios mínimos es salvaje. Pero no más salvaje que ciertas prácticas empresariales por todos conocidas. Por eso las huelgas, sobre todo de este tipo, sirven para visibilizar algo que se nos olvida con tanto diálogo social: la naturaleza conflictiva de las relaciones laborales, los intereses contrapuestos entre trabajadores y propietarios de los medios de producción, y la violencia resultante.
Si en su día los trabajadores aceptamos domesticar las huelgas, fue dentro de un gran pacto social. Ése que con la crisis se está quebrando. Salvajemente.
¿Qué es lo contrario de una huelga salvaje? ¿Una huelga domesticada? Depende de qué sentido demos a ‘salvaje’. Los sindicatos del Metro convocaron una huelga, y los trabajadores decidieron en asamblea no respetar los servicios mínimos desde el segundo día. En seguida se les acusó de salvajes.
El término “huelga salvaje” se refería, en su origen, a aquélla que montan los trabajadores espontáneamente, a espaldas de los sindicatos. A partir de ahí, puede ser también salvaje por ilegal o violenta -y en ocasiones lo son-. Pero también podemos pensar en otro significado de salvaje: el animal que no ha sido domesticado, que se mantiene fiero. En ese sentido, huelgas como la propuesta por los trabajadores del Metro serían, en efecto, salvajes, pues se parecen a cómo eran las huelgas en los inicios del movimiento obrero, antes de que fuesen reguladas, limitadas y, en definitiva, domesticadas.
Aunque en España la Constitución pide una ley de huelga, ésta nunca llegó, y sigue vigente una norma preconstitucional. Con ella, los servicios mínimos son fijados discrecionalmente por la autoridad, y los huelguistas tienen que cumplirlos, aunque los vean abusivos. Siempre pueden recurrir a la Justicia, pero cuando les da la razón el daño ya es irreparable. En el caso del Metro, los servicios mínimos del 50% implican que los viajeros esperen unos minutos más de lo habitual, y que viajen más apretados. Así se garantiza la “normalidad”, justo lo contrario a lo que pretende cualquier huelga.
Vale, incumplir los servicios mínimos es salvaje. Pero no más salvaje que ciertas prácticas empresariales por todos conocidas. Por eso las huelgas, sobre todo de este tipo, sirven para visibilizar algo que se nos olvida con tanto diálogo social: la naturaleza conflictiva de las relaciones laborales, los intereses contrapuestos entre trabajadores y propietarios de los medios de producción, y la violencia resultante.
Si en su día los trabajadores aceptamos domesticar las huelgas, fue dentro de un gran pacto social. Ése que con la crisis se está quebrando. Salvajemente.
No hay que olvidar que gracias a este tipo de huelgas hoy tenemos un mínimo de derechos, incluido el derecho a huelga. Hubo otra época en la que conquistar los derechos de los que hoy disfrutamos con huelgas salvajes, no sólo se pagaba con el despido, sino también con la vida.
Ya iba siendo hora de pereder el miedo y de quitarse el disfraz de "políticamente correcto", porque "correctamente" nos están jodiendo a base de bien a los trabajadores.
Unión, acción, aolidaridad y apoyo mutuo, esas son las premisas a seguir para que no nos pisoteen.