#152 Precisamente nadie está diciendo que se supriman las acepciones históricas de "moro", sino que existe una acepción actual en su modo de uso más común que es peyorativa, y que esta al no encontrarse recogida en el diccionario puede suponer un problema en procesos judiciales en los que tenga relevancia. No se plantea que desaparezcan otras acepciones de "moro" (que es el hombre de paja que parece que habéis escogido muchos) sino que se plantea asumir que actualmente su uso equivale al de "sudaca" en la mayoría de las conversaciones. Yo todavía no lo he oído usar de manera no peyorativa excepto por quienes van por la vida de académicos y buscan maneras de defender lateralmente ciertas ideologías.
Creo que te pasa como a demasiada gente, que tenéis a Pérez-Reverte en un altar con lo que lo que dice va a misa. "Dudo mucho que puedas estar a la altura de Reverte en cultura o criterio para juzgar [...] hacer comentarios con tantísima superioridad y ego...". Venga ya tanta tontería. No, yo no tengo superioridad y ego porque me "atreva" a contradecir al héroe del pensamiento cateto que es Pérez-Reverte. El problema está en quienes como tú pensáis que él es necesariamente superior y se os bloquea el sentido crítico cuando el tipo se pone a escribir chorradas, tal que hasta pretendéis que quienes estamos en desacuerdo nos pongamos "en nuestro sitio" ante tan noble ser.
Además me parece inaceptable el argumento de autoridad, eso de no tienes razón porque este tío es académico. Que sea un académico no le exime de vivir desconectado de la realidad más allá de sus novelitas pseudohistóricas, ni le exime de tener una ideología política muy específica que puede estar influyendo sus artículos.
Mira, Reverte escribirá todo lo bien que quieras pero tiene un pensamiento simple y mediocre. Su único mérito es decorar muy bien ese pensamiento vulgar, pero rara vez un artículo suyo aporta nada más que "huy mírale qué bien insulta este tipo haciendo uso de un lenguaje culto". Si te quedas en la superficie de lo que dice te puede parecer genial (y nada para tragarse un pastel como que tenga buena pinta), pero por dentro no hay nada.
En fin, que lo triste no es ya que este tío pretenda dar lecciones de lo humano y lo divino, que está en su derecho, sino que el sentido crítico del lector ante sus artículos a menudo sea tan nulo que la dimensión estética consiga ocultar la mediocridad de su pensamiento.
Creo que te pasa como a demasiada gente, que tenéis a Pérez-Reverte en un altar con lo que lo que dice va a misa. "Dudo mucho que puedas estar a la altura de Reverte en cultura o criterio para juzgar [...] hacer comentarios con tantísima superioridad y ego...". Venga ya tanta tontería. No, yo no tengo superioridad y ego porque me "atreva" a contradecir al héroe del pensamiento cateto que es Pérez-Reverte. El problema está en quienes como tú pensáis que él es necesariamente superior y se os bloquea el sentido crítico cuando el tipo se pone a escribir chorradas, tal que hasta pretendéis que quienes estamos en desacuerdo nos pongamos "en nuestro sitio" ante tan noble ser.
Además me parece inaceptable el argumento de autoridad, eso de no tienes razón porque este tío es académico. Que sea un académico no le exime de vivir desconectado de la realidad más allá de sus novelitas pseudohistóricas, ni le exime de tener una ideología política muy específica que puede estar influyendo sus artículos.
Mira, Reverte escribirá todo lo bien que quieras pero tiene un pensamiento simple y mediocre. Su único mérito es decorar muy bien ese pensamiento vulgar, pero rara vez un artículo suyo aporta nada más que "huy mírale qué bien insulta este tipo haciendo uso de un lenguaje culto". Si te quedas en la superficie de lo que dice te puede parecer genial (y nada para tragarse un pastel como que tenga buena pinta), pero por dentro no hay nada.
En fin, que lo triste no es ya que este tío pretenda dar lecciones de lo humano y lo divino, que está en su derecho, sino que el sentido crítico del lector ante sus artículos a menudo sea tan nulo que la dimensión estética consiga ocultar la mediocridad de su pensamiento.