Hay parte de razón en todo esto. Los niños se crían mejor si están con conocidos siempre. En nuestro caso, vivimos en un bloque de pisos, pero los cercanos (la "planta"), iniciamos nuestras familias casi a la vez y ya hace 13 años. Por trabajo, muchas veces nos hemos hecho cargo de los niños de la otra familia, a ratos. Por ejemplo, los padres de la otra familia tenían que quedarse hasta tarde en el trabajo, pues nosotros nos hemos quedado con sus niños, han almorzado en casa, han hecho los deberes del cole con los nuestros, han jugado, cenado, los hemos duchado, y han vuelto a sus casas con el pijama puesto listos para meterse en la cama en cuanto llegasen sus padres del trabajo. Y viceversa cuando nos ha hecho falta a nosotros. Eso ha creado con esos "recién llegados" a nuestras vidas lazos mucho más fuertes que los familiares, porque no nos los hemos encontrado al nacer, los hemos elegido por el camino. Y los niños se han criado con más que amigos, casi familia. Hay que volver a eso. Vivo en Andalucía, y amigos de "Despeñaperros para arriba" se sorprenden de las relaciones vecinales que hay aquí, incluso en grandes ciudades. Ellos apenas conocen a sus vecinos. No es que haya que buscar crear estas comunidades, sino que no hay que cerrarse a que ocurra. Donde menos te esperas encuentras ayuda mutua. Y no hay que ponerle nombre (tribu, etc), basta con volver al sistema que siempre ha funcionado, el ayudarse entre vecinos, conocerse en lo bueno y en lo malo... y aún asi estar siempre dispuestos a echar una mano.