#2 La declaración de la ministra Mélanie Joly revela una comprensión limitada de las dinámicas más amplias de la economía estadounidense y su estrategia comercial global. Aunque su afirmación de que Canadá es el mayor mercado de exportación para bienes de EE. UU., superando las exportaciones combinadas a China, Japón, el Reino Unido y Francia, es precisa al centrarse en bienes físicos, no toma en cuenta los motores más significativos de la economía estadounidense: los servicios y la propiedad intelectual. Estos sectores, que incluyen las finanzas, la tecnología y el entretenimiento, representan una parte sustancial de las exportaciones de EE. UU. y son menos susceptibles a los aranceles directos.
Por ejemplo, las corporaciones multinacionales con sede en EE. UU. suelen operar a través de subsidiarias en otros países, incluidos Canadá y naciones europeas como Irlanda. Estas subsidiarias proporcionan servicios y generan beneficios que regresan a la economía estadounidense. Si Canadá u otras naciones decidieran tomar represalias apuntando a bienes físicos como naranjas, lavavajillas o productos lácteos, el impacto en EE. UU. probablemente sería limitado. Estas industrias, aunque simbólicamente importantes, representan una fracción relativamente pequeña del producto económico total de EE. UU. Por otro lado, si las medidas arancelarias o represalias se extendieran a grandes empresas tecnológicas o proveedores de servicios, las repercusiones podrían ser mucho más disruptivas, aunque tales acciones también implicarían riesgos mutuos.
El resultado previsible de una escalada en las tensiones comerciales probablemente sería un ciclo de aranceles recíprocos, donde los países apunten a sectores de aparente debilidad. Sin embargo, esta estrategia corre el riesgo de subestimar la capacidad de adaptación de la economía estadounidense. Si los aranceles hicieran menos competitivas las exportaciones tradicionales, EE. UU. podría redoblar esfuerzos en sus fortalezas en… » ver todo el comentario
En el momento en que se empiecen a nacionalizar estas farmacéuticas por interés público (de salud, nada menos) veremos cómo dejan estas prácticas abusivas y dejan de sacar fármacos nuevos sólo por la obsolescencia programada de los anteriores.
Todo eso es cancamusa, la razón de fondo por la que las camas de los deportistas en las olimpiadas de Francia son de cartón es que los franceses son de tontos para arriba.
Se solucionará cuando expulsemos a los turistas y los camareros puedan terminar sus ingenierías, fundar empresas de alto valor añadido, y crear mejores puestos de trabajo.
Hitler sólo es comparable a Ayuso, Netanyahu, Zelenski, Putin, Milei, y todos los demás de los que alguna vez se ha hablado lo suficiente como para que se aplique la ley de Godwin.
A mi edad, algunos recuerdos se mezclan y tergiversan, especialmente los de los días más “intensos,” pero yo creo que lo escuché en vivo: “Stairway to Heaven” — Led Gaudí.
Necesita dinero para hacer campaña contra Kamala. Son los ricos los que piden más dinero y con menos vergüenza, pedir no es cosa de pobres, es cosa de ricos.
Por ejemplo, las corporaciones multinacionales con sede en EE. UU. suelen operar a través de subsidiarias en otros países, incluidos Canadá y naciones europeas como Irlanda. Estas subsidiarias proporcionan servicios y generan beneficios que regresan a la economía estadounidense. Si Canadá u otras naciones decidieran tomar represalias apuntando a bienes físicos como naranjas, lavavajillas o productos lácteos, el impacto en EE. UU. probablemente sería limitado. Estas industrias, aunque simbólicamente importantes, representan una fracción relativamente pequeña del producto económico total de EE. UU. Por otro lado, si las medidas arancelarias o represalias se extendieran a grandes empresas tecnológicas o proveedores de servicios, las repercusiones podrían ser mucho más disruptivas, aunque tales acciones también implicarían riesgos mutuos.
El resultado previsible de una escalada en las tensiones comerciales probablemente sería un ciclo de aranceles recíprocos, donde los países apunten a sectores de aparente debilidad. Sin embargo, esta estrategia corre el riesgo de subestimar la capacidad de adaptación de la economía estadounidense. Si los aranceles hicieran menos competitivas las exportaciones tradicionales, EE. UU. podría redoblar esfuerzos en sus fortalezas en… » ver todo el comentario