Está claro que nos vigilan, por eso mismo no me parece una buena idea comprar el "Pequeño Libro Rojo Del Activista En La Red" en Amazon, mejor en una tienda física y con dinero en metálico.
P: ¿Cómo afectó la censura en época del franquismo en tus historias?
R: Conmigo no hubo demasiada, porque conociendo el paño, ya trabajaba con un ojo pegado en el papel y el otro puesto en la oficina de censura. Pero aun y todo, pasaron cosas. Como por ejemplo, en una de las páginas de la serie “13 Rue del Percebe” había una viñeta con una especie de Dr. Frankenstein que fabricaba sus monstruitos. Hasta que un día vino una página devuelta con el espantoso lápiz rojo que utilizaban. Nosotros pensábamos que había sido un error. Y cuando preguntamos por qué la habían tachado, llegó una carta de censura diciendo que aquello no podía ser porque aquel señor fabricaba seres humanos y el único que pude fabricar seres humanos es el Sumo Hacedor. Y como ese hubo más de un caso que era para mearse de risa.
Hubo una época en que no concebía la idea de ir al baño sin llevar un Superhumor. Tuve que quitarme de la adicción con la metadona que fueron las etiquetas de los botes de champú
No os imaginaís el placer que da reeler todos los álbunes de Mortadelo y Filemón a las noches con mis hijas pequeñas. Nos partimos de risa los tres con el Gag del Chicharron, el Bacilón, Magin el Mago, las olimpiadas o los mundiales...
Qué grande es usted, Sr. Ibáñez. Le perdono hasta la disparidad de estilos, dibujantes y guionistas que han tenido sus historias...
#3 mas que nada por que en todas las generaciones tenemos un buen monton de analfabetos digitales y lo peor esta en las nuevas por que los padres creen erróneamente que los niños ya lo tienen todo savido desde la cuna y que no se les puede enseñar nada ya que son poco menos que gurus