Años más tarde, Cantoná declaró: "He visto a muchos jugadores marcando goles y todos ellos conocen esa sensación. Pero esta, la de saltar y patear a un fascista, no es algo que se saboree todos los días. Debería haberle dado más fuerte. No puedo arrepentirme. Me sentí genial. Aprendí de ello”
Seguro que el está ahora en su tumba acordándose de todas las copias que quedaron sin pagar...