A mi me viene un hijo y me dice que su profesor le ha puesto la mano encima y...le doy otra (de manera excepcional, no como norma), porque alguna cosa haría, estoy seguro. Y despues, sin que se enterara mi hijo, iria a hablar con el profesor para aclarar lo sucedido.
Asi aprendería que profesores y padres estamos firmemente unidos en su educación. Si un chaval presencía que sus padres se enfrentan a sus profesores de manera constante y que se desprestigían mutuamente de manera sistemática, no creera nunca en la palabra de ninguno de los dos y vera el campo abonado para hacer lo que le salga de los cojones.