Y este es el más claro ejemplo de que lo que trata de vender el anuncio es una puta patraña.
A Manolo el del bar le tocó la lotería. Se hizo millonario, pero le guardó el décimo a su cliente porque era la primera vez que no se lo compraba. Joder, precioso.
A la agencia de publicidad le tocó la lotería (hacer el anuncio del gordo). Pero en lugar de guardarle parte del "premio" al primer director de fotografía... lo mandaron a tomar por el culo.