Luego ese humilde currito tiene una hijita, y la niña puede ir a un colegio público decente con buenos profesores y buenas instalaciones, y recibir una educación básica pero completa que ningún humilde trabajo podría pagar, y el currito cree que es un milagro y no un derecho social conseguido por esa izquierda que tanto detesta.
Luego a ese humilde currito se le cae el mundo encima porque a su pequeña hija le detectan una enfermedad mortal, sin apenas esperanzas, pero la sanidad pública le pone un tratamiento muy caro que ni con 10 vidas de humilde trabajo podría pagar, y la hija se cura, y el currito cree que es un milagro y no un derecho social conseguido por esa izquierda que tanto detesta.
Más tarde a ese humilde currito lo echan del trabajo porque el dueño de la empresa quiere ganar un 0,8% más, y el currito se asusta mucho porque ya tiene una edad, pero el sindicato de trabajadores no se rinde y lleva a juicio a la empresa, y un juez imparcial decide que según la ley el currito debe recuperar su trabajo o cobrar una indemnización millonaria, y el currito cree que es un milagro y no un derecho social conseguido por esa izquierda que tanto detesta.
Y luego ese humilde currito llega a ver cómo su hija se hace adulta y consigue un trabajo decente con un salario justo igual que el de un hombre, un salario que le permite ser independiente y controlar su futuro sin verse obligada como mujer a casarse con el primer baboso que compra su mano en ritual medieval, y el currito cree que es un milagro y no un derecho social conseguido por esa izquierda que tanto detesta.
Y un día, ya viejo el humilde currito, se jubila y disfruta con comodidad el resto de su vida gracias a una pensión y una atención sanitaria que jamás podría pagar, y como siempre cree que es un milagro y no un derecho social conseguido por esa izquierda que tanto detesta.
Pero, ¡ay! El currito no es tonto, y sabe que esos "milagros" que disfrutan él y su hija, también los quieren disfrutar otros humildes curritos más, y algunos ni siquiera han nacido allí, no son de pura sangre como él. Y eso es intolerable, claro.