#9 A mí el que me dolió bastante porque lo conocía era como trataron a Bernardo, un personaje mítico de la Barceloneta que te podías encontrar cantando con su guitarra por las terrazas, o vendiendo latas en las golondrinas del puerto. Tanto Arús como Buenafuente se aprovecharon para venderlo como un friqui y reirse de él, era un buen hombre que se ganaba la vida como podía, vendía hasta libros de poemas que había hecho.
Si en vez de Bernardo fuera Bernard y hiciera lo mismo en Nueva York, saldría en novelas de Paul Auster, y Jim Jarmush lo habría sacado en alguna película.
#16 A ver, hay que reconocer que debe ser muy chungo ser uno de esos CEOs de una aseguradora médica y darte cuenta de que el que vivas o mueras depende de las decisiones arbitrarias de algún hijo de mil hienas al que no conoces de nada. Pobre gente...
Si en vez de Bernardo fuera Bernard y hiciera lo mismo en Nueva York, saldría en novelas de Paul Auster, y Jim Jarmush lo habría sacado en alguna película.
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