La forma como la administración trata los impuestos sobre las viviendas es un completo despropósito.
Miran un mapa, usan unas tablas y ala, ya dicen cual es el valor de un inmueble del que solo saben su dirección y superficie construida, el estado de la vivienda no lo conocen ni por asomo.
Y cuando comprador y vendedor acuerdan un precio a la administración le da igual, da por sentado que ese precio de adquisición es falso y que hay dinero negro de por medio y aplica el valor que ellos han calculado sobre el mapa, y a pagar impuestos en base a ese valor inventado por ellos.
Si consideran que comprador o vendedor están evadiendo impuestos la administración debería denunciarles y demostrarlo, pero como eso les parece demasiado trabajo, la justicia les parece demasiado trabajo, pues deciden no hacerlo y que paguen justos por pecadores.
Miran un mapa, usan unas tablas y ala, ya dicen cual es el valor de un inmueble del que solo saben su dirección y superficie construida, el estado de la vivienda no lo conocen ni por asomo.
Y cuando comprador y vendedor acuerdan un precio a la administración le da igual, da por sentado que ese precio de adquisición es falso y que hay dinero negro de por medio y aplica el valor que ellos han calculado sobre el mapa, y a pagar impuestos en base a ese valor inventado por ellos.
Si consideran que comprador o vendedor están evadiendo impuestos la administración debería denunciarles y demostrarlo, pero como eso les parece demasiado trabajo, la justicia les parece demasiado trabajo, pues deciden no hacerlo y que paguen justos por pecadores.
Es una auténtica vergüenza.