#82 No me has respondido a nada, pero dadas tus exiguas capacidades cognitivas sí que me has confirmado que tienes poco más de veinte primaveras.
Te recomiendo, con cariño, que regreses a tu burbuja de cristal. Como he dicho en mi primera intervención, y con ello cierro el círculo, los que tenemos habilidad con la palabra también tenemos una responsabilidad y una obligación. Y no seré yo quien traicione sus principios y ejerza una violencia que condeno.
#77 Al margen de las provocaciones de parvulario, no has respondido a nada de lo que he argumentado. Te has limitado a hacer hipérboles propias de un zoquete y un cínico. Y mientras que ser un zoquete no es un problema, caer en el cinismo, sí.
Debería darte vergüenza haber nacido en el Siglo XXI y meter en el mismo saco un tortazo con la mano abierta y un ataque terrorista que se ha saldado con muchas vidas. Si crees que así validas tu argumento, no creo que tengamos más que debatir.
Como sociedad, tenemos tan interiorizada y tan legitimada la violencia verbal y psicológica, que nos aterra la idea de que se pueda llegar al mismo nivel de aceptación con un guantazo a mano abierta. Los que manejan la lengua con la destreza de una espada tienen auténtico pavor a que alguien les pueda cruzar la cara como respuesta. Y se escudan en la libertad de expresión y en lo que haga falta, porque da un miedo de cojones que alguien te pueda calentar el hocico si te pasamos de audaz con la sinhueso.
“Es inaceptable”, “podía haberlo matado”, “bochornoso” y más sandeces he tenido que leer. Todos biempensantes, sumando y contriubuyendo a esta nociva rueda de pensamiento. La violencia verbal no existe, tan solo la física. Porque a los inteligentes les interesa legitimar su fuerza y desarticular la del que no goza de un buen cerebro, pero sí de unos buenos brazos. Hipócritas.
Pongo la mano en el fuego y no me quemo si aseguro que todos los aquí presentes, en algún momento, hemos dado y recibido violencia verbal y física. Estoy más que convencido de que recordamos el dolor de palabras e insultos con más vividez que el de un puñetazo en la boca del estómago.
Ha sido el ejercicio de la violencia verbal la que ha disparado un arrebato de violencia física. La mecha prende ahí.
Por supuesto, si cambiamos los actores nos damos cuenta de nuestra falsedad. Si ese tortazo a mano abierta se lo hubiese propinado Jada, los aplausos hubiesen sido unánimes. Pero lo ha hecho su marido, al que se le acusa de “machista” por “salir a defenderla”. Hay que tener el corazón vacío para no entender que la violencia contra un ser querido duele más que contra uno mismo. Smith no va a defender a nadie, siente el golpe en sus propias carnes.
Pero voy más allá: si las palabras de Rock se producen en un aula de 2º ESO y Jada es la chica del fondo de la clase, ¿qué pensaríamos al ver a todos sus compañeros partirse de rise? A mí me enseñaron que no es lo mismo “reirse contigo” que “reirse de ti”. La aludida no se ríe en ningún momento, pero todo el auditorio de eminencias, sí. Legitimados por la misma Academia que ahora da lecciones de moral. ¿Qué hubiesemos pensado si ocurriese en un aula de colegio frente a 30 alumnos? ¿Y si en vez de un aula es un auditorio con un público mundial que se cuenta por millones?
Somos una sociedad de hipócritas. La violencia engendra violencia. No es más válida una que otra, por mucho que quienes sostienen ese poder deseen mantenerlo. Quien tiene una lengua afilada o unos músculos portentosos tiene una responsabilidad ineludible para consigo y para con los demás.
Hay que ser tonto de baba para ceñirse al “no a la guerra” y poner en igualdad todos los conflictos bélicos. Pero tonto de baba.
Dejando al margen el concepto de distancia cultural (una guerra en Marte no nos afectaría de igual que una en Italia), vamos a centrarnos en otras cosas.
En primer lugar: memoria histórica. Se nos llena la boca cuando toca hablar de esta, porque la tenemos asociada a Paquito y entonces nos interesa mantener el recuerdo vivo. Sin embargo; algunos hablais como si con las guerras de Irak y Afganistán los españoles no hubiésemos salido a la calle a protestar. Lo hicimos. Yo lo hice. Con la diferencia de que, por supuesto, nadie acabó en la cárcel por hacerlo.
En segundo lugar: el conflicto. La guerra es la guerra y mueren inocentes, eso es indiscutible. En este caso, hablamos de una invasión por parte de un estado oligárquico a un país soberano que ha elegido su gobierno democráticamente. El pretexto es que lo van “desnazificar”. Obviando, por supuesto, que el abuelo del presidente combatió a los nazis y que él mismo es judío. Ya sabemos que tildar de nazi a alguien es la mejor manera de abrir vía libre a lo que nos apetezca. Esto crea un efecto espejo a nivel cultural: ¿qué le impediría a Francia entrar en España a cañonazos si el día de mañana llegan Vox o Podemos al gobierno y los franceses deciden que son nazis? Les habríamos votado nosotros, pero Francia se otorgaría la potestad de decidir.
Las implicaciones son terribles: se están cometiendo crímenes de guerra, atacando a la población civil, maternidades, etc. Se están arrasando ciudades enteras y se está abrazando la doctrina grozni.
Y por último: las posibilidades de escala. Hablamos de que se están enfrentando dos potencias que, juntas, superan las 10.000 cabezas nucleares. Arsenal suficiente para aniquilar la civilización tal y como la conocemos. Estamos, literalmente, a las puertas de la III Guerra Mundial. Pero una vez más, no tenemos memoria histórica y no sabemos qué supusieron las dos anteriores, por mucho que las hemos jugado en los Call of Duty.
Pero da igual. Es mejor ir con el encefalograma plano y poner este conflicto al nivel de otros conflictos que tienen lugar en países donde gobiernan regimenes autocráticos que atentan contra los derechos humanos de su población y en los que la democracia o la igualdad no son ninguna opción.
Seguid poniendo lo que sucede en Ucrania al nivel de Siria o Irak. Seguramente os sintáis mejores personas. Al fin y al cabo la ignorancia siempre fue muy atrevida.
Menuda estupidez de vídeo y menudo personaje el del ex actor venido a menos. Amén del texto que lo enuncia, que es una declaración de intenciones y el que lo publica toma al lector por tonto, y se reafirma con los tontos que lo aplauden. Por cierto, Toledo es un calco de Toni Cantó con diferentes coordenadas ideológicas.
Los medios de comunicación no se rigen por la “ideología” de las multinacionales que hay detrás. Esto es de primero de primaria. Los medios se rigen por la ideología y conveniencia de sus anunciantes. Punto pelota. Si mañana Mercedes Benz te mete X millones por copar tu parrilla publicitaria, de quien no vas a rajar es de Mercedes Benz.
Pero a Toledo no le interesa señalar en esa dirección porque en ese círculo todos son perfectamente conscientes de que a quien hay que contentar es a quien pone la pasta, y esos son los anunciantes. No Basile ni la madre que los parió. Y Toledo, como el otro, ha vivido mucho y bien de la publicidad.
Lo del vídeo es solo una representación de dos tontos que acaloradamente miran hacia otra dirección para que nadie mire a la que debería.
La diferencia con Siria o Afganistán es que Ucrania tiene una base cultural y política mucho más cercana a la Occidental, que es la nuestra. Asimismo, por su ubicación geográfica, puede convertirse en una puerta de entrada a Europa. Algo que, evidentemente, no interesa a ninguno de los países miembros.
Así que dejad el discurso fácil de que si los moros, que si los negros, y usad la cabeza para entender que no es lo mismo y que todas estas medidas se están tomando porque los próximos podemos ser los europeos. No hay más.
Quién podría imaginar que una persona que disfruta del asesinato de seres vivos indefensos que no suponen ninguna amenaza, podría albergar una personalidad violenta. Me pinchan y no sangro.
No he leído los comentarios, pero me los puedo imaginar. Pobrecitos catalanes, que no les dejan hablar su idioma con libertad.
Mirad, con total honestidad, el tipo que se sube al estrado solo quiere provocar y la versión en color de Franco está encantado de que le provoquen.
Esto es muy sencillo: el propósito de una lengua es servir como vehículo comunicativo. El propósito de los políticos es servir como agentes de representación ideológica de todos los sectores de la población. Su cometido es saber entenderse con los distintos representantes y hacerlo a través del diálogo. Hasta ahí, estamos de acuerdo, ¿no?
Vale, pues si un sujeto X se sube a un estrado a comunicar un mensaje cuyo contenido considera relevante, debe (por justicia a quien firma dicho texto) comunicarlo con la mayor efectividad posible. Y si en ese recinto no todos los asistentes hablan catalán, entonces tenemos un problema y muchas lecturas. Posiblemente el contenido del mensaje no le importe, ya que no es su intención que se entienda con claridad. Posiblemente lo único que pretenda sea provocar una reacción y esté instrumentalizando el texto para dicho fin. Posiblemente al señor del bigotito ridículo le interese mucho ser el protagonista de esa reacción. En el fondo, ambos son hijos de Franco, que instauró la división política de la que hoy viven (con su perpetuación) tantos gandules.
Si este señor hubiese leído el texto en alemán, seguramente nadie se extrañaría de lo absurdo de la situación. El mensaje habría caído en saco roto y nadie habría entendido un carajo. Que el catalán sea más inteligible no implica que no sea otra lengua y que su comprensión disminuya al ser escuchado. Amén de una falta de respeto para con los interlocutores que no lo hablan.
Pero si no entendemos que los políticos están obligados a dialogar y a comunicar a través de un lenguaje común: mal vamos.
Quedémonos con que pobres catalanes, que no les dejan hablar. Así se entiende mejor.
«Quítame ocho horas de trabajo semanales pero mantenme el sueldo». Y si no, vamos a hacer peripecias verbales para decir qué es y qué no es.
¿Qué pone en nuestros contratos? Un sueldo de X y una jornada de X horas. Obviamente si se reducen las horas, el sueldo baja en consecuencia.
¿Qué pasaría si la disyuntiva fuese al revés? ¿Qué pasaría si se propusiera ampliar la jornada? Obviamente todos convendríamos en que tendría que aumentar la remuneración, ¿no? Es más, estoy seguro de que cuando alguien echa horas extra, desea que le sean debidamente retribuidas.
Ahora bien, si el escenario es reducir jornada, entonces que los sueldos no se toquen.
No señor. Si se aumenta la jornada nadie vería descabellado un aumento retributivo. Es lo lógico. La misma lógica debe prevalecer en caso contrario. Aunque interese buscarle tres pies al gato.
#62 No os hagais líos. Si queréis buscar lo que le falta al castellano, es un género marcado masculino. Con encontrar esa fórmula, ya tenéis todo lo demás. Pero claro, eso implica asumir que nuestra lengua deja de lado al masculino (porque no contempla ni tan siquiera su género marcado) y eso desmonta el discurso sociopolítico que os tiene la cabeza carcomida a todos.
Para todo aquel que piense que el «nosotres» es válido y aboga por la igualdad, me gustaría recordarle lo siguiente antes de seguir haciendo el ridículo pensando que de este modo se combate el machismo que subyace en las bases de nuestra lengua.
En castellano utilizamos el masculino como género no marcado. Esto quiere decir que para definir a un grupo de gente se utiliza el masculino. Si digo «vosotros», cabe ma posibilidad de que en ese grupo de gente haya mujeres y hombres indistintamente. Si digo «nosotros» también. Si digo «ese grupo de colegiales», también.
Sin embargo, si digo «vosotras», «nosotras» o «ese grupo de colegialas» no hay lugar a dudas: en esos tres grupos no hay ni un solo hombre. Porque el femenino es un género marcado.
Por cosas de nuestra lengua, en castellano no tenemos forma de referirnos a un grupo de personas compuesto íntegramente por hombres. El castellano carece de las herramientas para hacer del masculino un género marcado. No podemos, nunca, hablar del masculino sin que haya dudas de que se trata de un grupo compuesto solo por hombres.
O lo que es lo mismo: en castellano, es el masculino el que queda relegado, desplazado y desnaturalizado.
Así que cuando penseis que el castellano es machismo a cambiar, recordad que no tenemos género marcado y que lo que tenemos que buscar no es un género neutro, sino uno marcado para el masculino, que es lo que nunca hemos tenido.
Ya está aquí la caterva de buenistas. “Ay, solo quieres inmigrantes si son buenos”. Pues mira, sí. Pero no por el hecho de que sean magrebíes, rumanos, chinos o japoneses (véase cómo hay una intencionalidad en este listado de meter en la misma lista culturas de las que cabe esperar un degollamiento y culturas de las que no).
La lógica nos dice a todos que cerremos la puerta de casa con llave para que no entre gente mala, ¿verdad? No es que seamos racistas, no es que no queramos pobres en casa: es que no queremos que entren indeseables.
Con las fronteras ocurre igual. En España ya tenemos un buen montón de indeseables que nos pertenecen y a los que no podemos echar. No creo que, además, tengamos que tener las puertas abiertas de par en par para que ese número de indeseables aumente ad infinitum. ¿Que se queda fuera gente buena? No me cabe duda. La misma que se queda fuera cuando cerramos la puerta con llave por si acaso alguno de esos no fuese tan bueno.
La estadística del INE está ahí para algo y resulta muy interesante verla. Aquí nos gusta mucho acudir a estadísticas cuando tenemos que decir que los hombres somos violadores potenciales, cuando tenemos que señalar las diferencias salariales, la desigualdad de sexos y todo lo que nos convenga para reforzar nuestros discursos. Pues nada, acudan al INE, busquen las ciudades con más delitos por cada 1000 habitantes (y las que menos) y después comparen con el % de población inmigrante.
Y ¡eh! Habrá a quien le parezca perfecto que en Barcelona tengamos 120 delitos por cada 1000 habitantes y en Gijón solo tengan 20 por cada 1000. Porque a algunos les merecerá la pena ese 15% de población inmigrante en contraste con tan solo un 4% de los asturianos.
Que nadie juzga si está bien o mal. Son solo datos. Y habrá quien valore mucho la diversidad cultural y habrá quien valore poder salir a la calle tranquilamente. Pero no vayamos a demonizar al que quiere lo segundo.
La noticia atenta contra la economía del lenguaje. Titular: Gitanos. Foto: el tipo cosido a machetazos. Y en el informe policial pueden poner las declaraciones del barrio entero, si lo desean.
La mujer del mayor de los Heredia: “Era mu malo, ponia las musicas”
La madre del amigo que es novio de la hermana del machetero: “valgame el cielo, a ver los galleres”
La hermana del amigo del amigo del padre del sobrino del machetero: “endevé, se cayó encima del cuchillito ocho veces namá”.
#75 Es el caso del error burdo. Es como extrañarse de que te han robado el Rolex de oro en tu paseo diario por la Barranquilla. Pero no extrañarse porque te lo hayan robado una vez, sino porque van veinte veces que paseas con veinte Rolex de oro y van veinte relojes robados. Y encima te extrañas, mientras acudes a la relojería a comprar otro antes de volver a darte un paseíto por la misma zona.
A veces parece que no nos apetezca nada entender que el mundo funciona de una manera terrible. El “no debería ser así” lo sabemos todos. Pero eso no hace que los riesgos se esfumen.
A ver si lo entendeis: eran menores. Menores inocentes. Menores que no sabían lo que era el sexo.
Por eso iban a casa de este infraser. Para poder tener sexo entre ellas. Porque no sabían lo que hacían. Por eso iban en repetidas ocasiones, porque cada visita era una experiencia atroz.
Cuando cumples los 18, entonces aprendes que no se vuelve a los sitios donde sufres experiencias traumáticas. Hasta ese día, uno no sabe diferenciar.
Además, si eres homosexual, necesitas un lugar donde practicar sexo por miedo al qué dirán. Y es decreto ley que ese lugar te lo proporcione un alma caritativa.
Ah, y al pederasta de mierda que le caigan 40 años, que pocos son. Pero dejad el cuento de que los menores son tontos, que son tontos cuando interesa.
¿Y a quién sorprende esta noticia? La Cañada es uno de los mayores mercados de la droga. Pero preferimos mirar hacia otro lado, porque son «gitanillos» y de algo tienen que vivir. ¿No?
Un pensamiento muy propio del que vive en una atalaya moral y lo más cerca que ha estado de un gitano ha sido monitor mediante. Curiosamente, los que hemos tenido que vivir con esta ponzoñosa subcultura en la calle de al lado, no podemos refugiarnos en la cueva del buenismo. Estamos manchados.
¿Quieren electricidad? Que la paguen. Como la pagamos todos, ni más, ni menos. Es obvio que mueven dinero, no son pocos los reportajes que nos han ofrecido un vistazo al interior de algunas chabolas de la Cañada y no faltan las teles de 70 pulgadas, el dinero en fajos y el mobiliario caro, nada de IKEA.
¿Qué pasa? Que es más fácil vivir del cuento. De robar lo que se pueda robar. La electricidad de algún payo. La cartera de algún payo (4 veces me han atracado a mí). El cobre de algún payo. Lo que sea. Maldita sea, si hasta robaron los pomos de las puertas de unas viviendas de protección.
Robar, no pagar impuestos, vivir por la cara y trapichear con lo que sea. Legal o ilegal. Algo habrá que hacer con esa mercancía que «se le ha caído» al pobre camión. ¿No?
A mí me parece estupendo que los moradores de las cumbres morales defiendan que esta pobre gente tenga derecho a electricidad gratuita. Que piensen que es normal que tengan Porsches y BMWs y que eso «no es síntoma de nada raro».
¿Honestamente? En la ciudad tenéis familias hacinadas en pisos canijos, con suelos mileuristas, que tienen para un coche a compartir y gracias. Eso sí: ellos pagan, como pagamos los demás.
Los que no tienen ni para pagar la luz, no es que no tengan para dos coches, es que no tienen para una rueda.
¿Queréis electricidad gratis para esas pobres familias? Por mí genial. Y si lo conceden los políticos, por mí genial. Ahora bien, espero que sea gratis también para los que no pueden pagarla en el resto de lugares. A ver si los que conducen Porsches y BMWs van a estar por encima del resto... Dulce ironía, porque a esos solo hay que denostarlos si viven en Pozuelo.
Lo interesante del discurso es que hay un momento en el que reconoce haber mentido. A sabiendas de que se le estaba creyendo.
¿A dónde quiero ir a parar? A que una justicia real no puede creer a pies juntillas nada de lo que se le diga. Por mucho que venga de una supuesta víctima o por un grupo de gañanes.
Seré el último en defender a esta "Manada", pero lo que espero de mi sistema judicial es que no den por sentado nada y comprueben todos. O si no, estaremos en un sistema donde mañana, a cualquiera de nosotros, se nos pueda acusar de algo tan grave, tan grave, tan grave, que no se pueda cuestionar a la acusación. Y si llegamos a un punto en el que la acusación no sea cuestionable, estaremos en un terreno muy, muy pantanoso. Y muy, muy peligroso.
Señores, no se lleven las manos a la cabeza tan rápido.
Nadie de los que aquí intervenimos duda sobre la gravedad de una violación. Pero eso no debe nublarnos la vista a la hora de defender y apoyar la justicia. Considero lógico y normal que se investigue a la denunciante. El motivo no es otro que proteger también a los acusados, que —por si lo hemos olvidado— todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Hay vídeos. Hay testimonios. Hay de todo. Pero a veces pensamos que por «hablar de violación» se tiene que creer a pies juntillas a la acusación. Y eso no debe ser así. Imaginen por un momento que alguien les acusa de violación en los tiempos que corren. Imaginan lo que ocurriría ¿verdad? Juicio público. Linchamiento de opinión popular. Desastre a nivel personal. Sea, o no sea verdad. Pero al menos, más allá de la masa estúpida que solo quiere sangre, no pretendan que la justicia se comporte de igual manera. La justicia debe ofrecer una garantía. Y para ello, no se puede creer nada sin pruebas y datos.
No nos apresuremos. Dejemos que la justicia haga su trabajo y confiemos en que lleguen a una conclusión verídica y acorde a la realidad de los hechos. Sean cuales sean.
A título personal, los personajes que protagonizan este incidente me parecen todos unos gañanes de tomo y lomo. Pero más allá de eso, no seré yo el que les señale como violadores hasta que la justicia lo haga tras examinar pruebas y hacer su trabajo. Podríamos estar hablando de una falsa acusación y lo que hay detrás es muy grave. No me imagino a nadie pasando 25 años en la cárcel por una acusación falsa y un juez que ha decidido creérselo todo sin cuestionar. Porque está feo cuestionar a alguien a quien —supuestamente— han violado.
El ISIS ha sembrado la semilla del odio, y nosotros estamos dejando que germine, ayudándoles en su objetivo y convirtiéndonos en cómplices directos y aliados de estos malnacidos.
¿Qué creeis que buscan matando a 15 personas? ¿Un exterminio? ¿Desolar España? Por favor.
Lo que buscan es sembrar el terror, asentar el odio y utilizarlo, todo, a su favor.
Dejan imágenes cruentas que (saben) serán compartidas y comercializadas por los grandes medios de comunicación. Se sirven de ellos para que su "obra" llegue a los ojos de todo el mundo. La publicidad de su macabro producto llega hasta el último rincón del mundo y sin pagar nada. Los medios les dan la difusión que quieren, les ayudan a sembrar miedo en los corazones de la gente.
Por otro lado, tenemos las reacciones de la población. Temerosa, ignorante, analfabeta y movida por el odio ya germinado. Atacan a los musulmanes, desprecian el Islam, y le dan la razón al ISIS cuando en sus mezquitas le dicen a los suyos que les odian. Que los de occidente les desprecian a ellos y a su fe. Y al final sale la cuestión: o ellos o nosotros. Y ambas partes comparten la respuesta.
Batida autorizada. Se parecía a un lobo. Es legal que haya niños... ajá, ajá. Pues como es legal, se parecía a un lobo y todo estaba en regla, no me voy a quejar. Ni voy a lamentar vivir en un país de paletos, donde el más paleto es el que defiende que "mientras la ley no esté en contra, todo en orden", eso sí, dándoselas de intelectual. Así nos luce el pelo.
#18 Defendemos la libertad de expresión siempre y cuando no vaya en contra de las gafas de pasta de 4 centímetros de grosor que nos resbala por encima de nuestras grasientas y virginales narices. Si en ese caso nos sentimos ofendidos, corriendo a por los poderes fácticos. Tonto.
Te recomiendo, con cariño, que regreses a tu burbuja de cristal. Como he dicho en mi primera intervención, y con ello cierro el círculo, los que tenemos habilidad con la palabra también tenemos una responsabilidad y una obligación. Y no seré yo quien traicione sus principios y ejerza una violencia que condeno.