Un gran ejemplo de la sociedad de hoy. Alguien que es incapaz de escribir cuatro palabras sin darle de hostias al diccionario riéndose de aquellos que, sudando la gota gorda, han construido un país sin llegar a imaginar que todo ese esfuerzo revertiría en una población analfabeta por elección. Analfabeta y orgullosa de serlo. Brillante. Soberbio. Sublime.
Si esa piedra le acierta en la cabeza, lo mata. Y desde luego, llevaba toda la intención.
Empresas como la de este señor no existirían si este país no fuese tan garantista y nuestras fuerzas del Estado pusieran en la calle a los ocupas en un tiempo razonable.
Sin embargo, esto no es así, y por tanto existen empresas como esta. Y esto me lleva a un segundo factor: la demanda. Si empresas como esta existen es porque hay una demanda lo suficientemente grande como para mantenerla. Así que, quizás, eso de que hay muy poquitas ocupaciones y los medios nos quieren meter miedo para vendernos alarmas de Prosegur…
Es una lástima que el sistema actual permita la proliferación de este tipo de compañías porque es la demostración empírica de que hay algo mal. Y, al margen, nada justifica una tentativa de asesinato ni debe ser aplaudido. Bajo ningún concepto.
Puedes ir dando discursos sobre lo mal que está reírse de los demás por su físico o sus complejos.
Pero.
Si esa persona es percibida como una mala persona, entonces todo eso deja de estar mal y pasa a estar bien. Todo eso que no es divertido, ni gracioso, sino vil y propio de mala gente resulta ser todo lo contrario. Es tronchante y, además, es lo justo.
A ver, está claro que todos estos son gente de bien. Una de ellas incluso lleva una pulsera con la bandera LGTB. Y además hay un negro. No puede haber dudas.
Es posible que, al llegar y escuchar el estruendo del megáfono, se hayan tapado los oídos de forma instintiva pensando que estarían soltando alguna de las miles de soflamas diarias. Estoy seguro de que no eran conscientes de que se trataba de los nombres de niños asesinados. Imaginad que llegáis a un lugar donde alguien con un megáfono está pronunciando un listado de nombres en otro idioma. Es muy posible que no supieseis de qué se trataba.
Sandeces. Que curre doce horas el chaval que está a las 12 de la madrugada atendiendo en el Mc Donalds para que yo, que curro mis ocho y ni un minuto más (aunque sí unos cuantos menos entre cafés, cigarros y muñecos de barro), pueda ir a verle cuando me apetezca un menú de 1€. Porque con semejante gasto, seguro que buen sueldo tiene.
Que curre doce horas el del Glovo que he pedido a horas intempestivas porque me apetecían unos fingers de pollo, que llueve de cojones. Y si llega mojado me froto las manos, porque lo reclamo y me devuelven el dinerito.
Que curren doce horas todos los que tienen que estar disponibles para mi disfrute a partir de la hora 8:01 de mi jornada.
No sé en qué punto hemos perdido la visión de sociedad y nos hemos centrado en pensar solo en nuestro culo, pero la cosa no va así. Hay que esforzarse mucho, hay que implicarse y hay que trabajar para prosperar. Y si en tu empresa no te lo reconocen, cambias. Pero por supuesto que hay muchos lugares en los que sí, y es ahí donde hay que dar el 100% para crecer, sumar y aportar.
Con la filosofía del “doy lo mínimo, cumplo y a otra cosa” no queda uno legitimado a quejarse cuando la vida le devuelve exactamente eso.
Es muy divertido, porque a todos se nos llena la boca con la palabra democracia pero luego vemos con buenísimos ojos que se acometan todo tipo de movimientos y pactos con tal de que no salga aquello que se ha llevado más votos. Siempre y cuando “aquello” sea la cuerda contraria.
Y si eso implica amnistiar a quien ha cometido un crimen y decirle al pueblo que la ley no es igual para todos, pues bien está. Porque la ley tiene que quedar por debajo de los intereses políticos y el pueblo debe entender que es necesario pasársela por los huevos con tal de “detener el fascismo”.
Todos sabemos que para detener el fascismo hace falta, en primer lugar, educación. En segundo lugar, definirlo a término legal y prohibir su representación en un sistema democrático. Y cuando eso esté hecho, ningún fascista podrá optar a ningún cargo político. Y nadie debidamente educado querría apoyarlo.
Sin embargo resulta que hay un porcentaje de personas que residen en España y pagan sus impuestos en España que, por el motivo que sea, no comulgan con el PSOE. Y votan, consecuentemente, a otras opciones.
Así que lo mejor es tacharles a todos de fascistas y hacer lo imposible para que ese fascio no llegue al poder y sus muchísimos votantes no tengan, irónicamente, ni voz ni voto. Porque no es ambición de poder, no, es un sacrificio que se hace por los demás. No es que ambicionen esos sillones, es que son la única opción. Lo hacen por nosotros.
Esto mismo cambia de actores y el que dice esto es de derechas y tenemos aquí un macro problema cósmico en el que se está incitando al odio, al acoso y difundiendo teléfonos y alentando a las masas.
Pero si no es así, es gracioso, encomiable, hace falta más gente así y todo esto.
#14 Me maravilla que ninguno de los intelectuales que pueblan este lugar, todos duchos en el arte de la dialéctica, haya sido capaz de entender el sarcasmo de tu mensaje y la forma en que quedaban retratados los simplismos con los que se refieren a las alas políticas. Mis dieces por el comentario y por los deliciosos retratos de una fauna tan especial.
Es muy divertido ver cómo la verdadera izquierda (representada en estos comentarios y henchida de orgullo por considerarse auténtica y única) pasa el tiempo repartiendo carnets de quién pertenece al pueblo elegido y quién no.
Una izquierda verdadera y generosa, pues no deja sin tierra a aquel que no pertenezca a tan selecto grupo. Al contrario, los invitan (porque el pueblo elegido no condena, sino que invita) al ostracismo de la extrema/ultra derecha.
Sois magnánimos y, aunque muy minoritarios dada vuestra exclusiva naturaleza, se os admira por ello.
Me gusta leer que la basura de Vox fue financiada por un grupo exterrorista iraní, pero luego nos parece fenomenal que pactemos con Bildu. El doble rasero.
La izquierda acostumbraba a ser parte de una sociedad intelectual, mesada y culta. Hoy es una caterva de bohemios que recurren al simplismo con el que siempre se ha lobotomizado a la derecha, pero para barrer hacia su lado.
Reducir la izquierda a “queremos derechos humanos” y a la derecha a “hay que matar negros” es la tontería más grande que uno se puede echar a la cara. Pero resulta que funciona. Que os lo creeis vosotros mismos. Y encima os sentís muy inteligentes. Seguid así.
No querer hablar de un tema en público es absolutamente lícito. Y si la política nos afecta a todos y todos debemos hablar de ello, ¿por qué motivo creeis que el voto es secreto? ¿Para que figuras públicas y expuestas a la mirada de millones de personas enarbolen discursos que les pueden traer consecuencias de un lado u otro? Me temo yo que no.
Ese señor es famoso por pegarle patadas a un balón, está ahí por darle patadas a un balón y el único interés que debemos tener en él tiene que estar relacionado con su habilidad como deportista.
No nos gusta nada cuando salen actores, presentadores y demás farándula a defender en público posturas con las que no comulgamos. Decimos que estarían mejor calladitos, que no están capacitados y que no están informados. Apliquemos ese mismo discurso a todo aquel personaje público que no se dedique a la política.
#18 Entiendo que, por tanto, te parece correcto que el escritor mienta y utilice dicho engaño para que la justicia actúe en su favor. Porque, como Maquiavelo, el fin justifica los medios y a los jueces no hay que mentirles salvo cuando pensemos que esa mentira es necesaria para que se imparta la justicia que nosotros creemos necesaria. Comprendo.
Consecuencias. Las palabras y actos traen consecuencias.
Violencia. La violencia puede ser física, verbal o psicológica.
Justificación al nazi, ninguna. Malnacido violento y execrable. Justificación al “cómico”, ninguna. Violento, homófobo y racista.
Dejemos de lado el discursito buenista de que podemos decir lo que nos dé la gana, porque no es así. Hay que dar lo que se espera recibir y el que crea que las agresiones verbales y psicológicas están amparadas por la libertad de expresión es que no sabe lo ponzoñosa que es la violencia psicológica y los estragos que causa a largo plazo.
Esta pregunta va en serio, porque me inquieta: ¿de verdad nadie ha entendido el vídeo o interesa la malinterpretación deliberada? Lo pregunto en serio.
En el vídeo pone un texto que reza así:
POV: Ayuso te mete un zasca
Todos sabemos que “POV” responde a “Point of view”. Es decir, lo que se supone que está representando esa mierda de vídeo es a las diputadas de Mas Madrid rabiando como unas histéricas. Porque el señor que sale en el vídeo está rabiando y le han puesto en la bancada de las diputadas. Bastante obvio, ¿no?
De verdad que es alucinante la forma en que se interpretan estas mierdas para dar a entender barbaridades.
El vídeo ya da bastante vergüenza ajena y es otra de las infinitas demostraciones de que tenemos unos políticos con un nivel lamentable y execrable. Lo que me preocupa es que la población parece empeñada en mantenerse al mismo nivel.
Recientemente tuve una acalorada discusión con un cazador al que no le gustó mi respuesta cuando dije que no lamentaba en absoluto la caída de un torero en el ruedo. En primer lugar porque vive de maltratar a un animal al que se enfrenta en una absurda desigualdad, en segundo lugar porque él está ahí por decisión propia y el animal no. Y en tercer lugar porque entiendo que los que pagan por ocupar las butacas del recinto son seres sedientos de sangre y considero que se les ofrece más espectáculo si el que cae es el que se viste de marica. (Sí, usé este término con toda la intención de ofender a mi interlocutor, que como buen cazador español considera este término algo extremadamente ofensivo, no digamos si se le aplica a uno de sus héroes nacionales).
La discusión alcanzó cotas estúpidas con mamporros en la mesa del pistolero. A su favor, consiguió hacerme entrar en razón y que mi opinión cambiase por completo.
Insistió en que, si mi ciudad estuviese repleta de toros, ¿dónde iba a estar yo? Yo podía vivir en mi ciudad gracias a que los toreros habían evitado que los toros nos invadiesen. Todo esto lo expresó en tono burlesco, para dejar claro que yo no soy ni la mitad de hombre que los que se visten de luces y jamás podría combatir en esa invasión toril. A pesar de lo fantástico (y sorprendente) de esa situación hipotética de una ciudad sumida en el apocalipsis, atestada de toros, desterrando a la raza humana y forzándola a un éxodo en busca de ocupar la tierra de las comadrejas mientras nuestros super héroes de mallas ajustaditas y sombreritos de vibranium nos defienden con un capote y un estoque, traté de entrar sin éxito en su fabulación. No sirvió decirle que estaría como si viviese en África, que sería en un lugar donde posiblemente no hubiese leones. Y sin necesidad de masacrarlos.
Como podéis imaginar, me recordó que estábamos hablando de una tradición. Con lo que cuestionarla quedaba fuera de toda lógica y era irrespetuoso por mi parte.
Para finalizar, me intentó intimidar golpeando la mesa un par de veces sosteniendo que yo era de esos que le llamaban asesino pero, después, bien que me gustaba comer jamón. De nada sirvió tratar de argumentar que no parece ser lo mismo matar por diversión que por sustento y que, aún así, los animales sacrificados para alimentarnos no deben ser sometidos a torturas y sufrimiento. Porque, entre risas, me dijo que el animal tenía que retorcerse durante minutos mientras se desangraba porque “así está más rico”. Lo cual, para el que tenga dudas, no es cierto. A día de hoy, los animales se les mata sin sufrimiento porque de este modo sus músculos no se tensan; no porque a la industria le importe su sufrimiento.
Que un concierto de Heavy Metal no sea un “concierto de los Lunnis” no significa que no esté obligado, como cualquier otro espectáculo, a garantizar la seguridad de sus asistentes. De igual forma, no podemos tildar de “agresor” a alguien cuando se trata de un accidente, como es este desafortunado suceso.
Por poner ejemplos, en 1996 Rammstein tuvo un accidente pirotécnico y desde entonces se cualificaron como pirotécnicos. Si el día de mañana, en un concierto de este grupo, alguien se lleva un petardazo, estaremos hablando de un accidente y no de una agresión, porque no existía una voluntareidad en hacer daño a esa persona en concreto.
Pero, y esto es importante, que no exista una voluntareidad no exime a nadie de su RESPONSABILIDAD. Porque aunque no hubiese una intención de hacer daño, sí existe una responsabilidad de garantizar en todo momento la seguridad de los asistentes.
Luego hablaríamos de si existen o no negligencias. No es lo mismo que falle un cohete por un defecto propio a que falle por un mal uso del pirotécnico.
En este caso en concreto, existe una negligencia por parte del cantante a la hora de lanzarse contra el público. La pregunta es ¿existe una negligencia por parte de la afectada? Habría que ver si en las indicaciones de seguridad del concierto se especificaba que el acceso a esas posiciones del público solo estaba permitido para personas con ciertas cualidades físicas definidias (sí, como las entradas a una montaña rusa). Si estas indicaciones no existían, y mucho me temo que es así, no hay nada que reprocharle a la damnificada.
No se nos puede llenar la boca con palabras como “bulos”, “difamaciones”, “fake news”, “acoso” y llenar las declaraciones televisivas con que hay que mostrar más cariño y “no olvidar que somos personas” y que estos mismos adalides aprovechen a la mínima para hacer todo lo contrario con todo aquel que consideren válido para tal cometido.
Decir que Milei es un impresentable es quedarse corto, pero lo que no puede hacer uno de nuestros políticos es caer en estas mamarracherías que tiran por tierra el discurso que su propio partido ha estado esgrimiendo hasta hace muy poco. No puedes insinuar, siendo un ministro que representa a todo un país (porque representas a todos, a los que han votado a tu partido y a los que no) que un mandatario elegido democráticamente es un drogodependiente. Y si lo haces, que por poder puedes, pierdes toda legitimidad a la hora de salir por la tele repitiendo todos los mantras ya mencionados.
Un poco de cordura, un poco de sensatez y un poco de respeto. Por favor. Y cuando hablo de respeto, me refiero a los votantes que les ponemos ahí. Porque no hay nada peor que sentir vergüenza ajena viendo lo bajo que caen nuestros políticos y la forma en que pisotean sistemáticamente sus propias palabras.
#7 Especioso razonamiento. Todos sabemos que si eres “de derechas” no puedes ejercer una crítica legítima a la izquierda. Por tanto, si eres “de izquierdas” no puedes hacer lo propio con la derecha. ¿No es así como funciona tu razonamiento? Las falacias de instituto son de lo más divertidas.
En España ese 20% para pagar al empleado y ese 2% se meten de serie en el precio del producto y así no nos alarmamos. Bueno, en realidad se infla bastante más que 22%. Es como cuando nos dicen que algo vale 45€ y el envío es gratuito, duele mucho menos que si nos dicen que cuesta 35€ y el envío son 10€, a pesar de que esta segunda opción es mucho más respetuosa con el cliente.
Así que como todo eso va en el precio, al final nos parece muy caro y no lo compramos. Lo pirateamos, lo descargamos o se lo compramos a alguien que dice “esto se ha caído de un camión” a mitad de precio. Y de todas estas opciones, ni un solo euro servirán como impuestos o acabarán en las manos de quienes confeccionaron dicho producto.
Y después, palmadita en el pecho y a celebrar que tenemos sanidad “gratuita”. Sí, para los que no pagan impuestos. Ya sea con triquiñuelas en la renta o comprando más barato al que no declara.
Vivimos en la época en la que conceptos como el perdón o la redención no existen. Las turbas exigen sangre y eso pasa por que una rectificación pública o un perdón público se acojan, tal y como reza el titular, como “una vergüencita”. Un via crucis. Un calvario. Un proceso que atravesar y por el que pasar vergüenza mientras los demás nos tiran tomates y escupitajos virtuales.
Eso es lo que subyace cuando se el exige a alguien que se disculpe. No se le está ofreciendo la mano del perdón, se le está señalando que debe someterse al escarnio más absoluto. Vivimos en una sociedad tecno-medieval, por ponerle un nombre.
Y luego nos extrañaremos y nos escandalizaremos cuando los medios opten por no rectificar ninguna de las mierdas que nos meten por la boca a diario.
Estupendo editorial. Lo que no puede ser es que aplaudáis porque abre con MAR y Ayuso (dándole una importancia jerárquica de máximo nivel en cuanto a los hechos que retrata el artículo) y os moleste que salgan otros nombres y otros partidos que han fomentado y practicado actitudes similares. Es inaceptable venga de quien venga.
Y que el propio ABC sea quien señale esto y comience por el PP y termine con Vox es algo que debemos reconocerles. Ahora bien, podemos seguir tildándoles de todo lo que nos apetezca para que capten el mensaje de que no queremos que hagan bien su trabajo, queremos deslegitimizarles por ser de la cuerda contraria. Y así hacemos más o menos lo que dicen en el artículo solo que desde nuestra bancada como poder popular.
A ver si pronto lo sustituyen por una IA. Viendo que el artículo tira de la misma para generar las imágenes que visten el texto y a nadie le parece raro.
Un gran ejemplo de la sociedad de hoy. Alguien que es incapaz de escribir cuatro palabras sin darle de hostias al diccionario riéndose de aquellos que, sudando la gota gorda, han construido un país sin llegar a imaginar que todo ese esfuerzo revertiría en una población analfabeta por elección. Analfabeta y orgullosa de serlo. Brillante. Soberbio. Sublime.