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BuenViajero

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Multas de 100.000 euros por usar anglicismos en Italia [223]

  1. Me parece amazing esta medida.

    Hablando en serio ahora:

    Aqui en España nos hemos "inventado" expresiones para asuntos cotidianos como "estoy depre" o "estoy de bajona" y al ratón del ordenador lo llamamos "ratón". Por muy denostada o ridiculizada que esté una expresión u otra respectivamente, habla muy bien del español el llámelo cariño o respeto que tiene por su idioma ya que los italianos han recurrido, en su caso, al 'avere un down' (estar de bajona) o llamar 'mouse' al ratón del ordenador.

    Pero lo peor fue cuando descubrí que "privacità" no existe en italiano. De hecho, se descojonaron de mí cuando lo dije y rápidamente me corrigieron. "Privacitá" no existe - me dijeron - lo correcto es decir "privacy".

    Me quedé estupefacto al oirlo. Pero bueno, es lo que hay, la criollización del idioma italiano.

    PD. Afortunadamente también se puede decir "vita privata" si uno se resiste a decir "privacy".

Preston asegura que las "mentiras" de Carrillo sobre Paracuellos son "infantiles" [79]

  1. A mi Carrillo me resulta un tipo simpático. Es fascinante que un hombre que tenía una situación de poder en 1936 viva aún y esté tan lúcido. En todo caso, yo no soy partidario de la venganza ni de amargar la existencia a nadie. Otra cuestión es que tenemos derecho a conocer la historia tal y como fue. No como nos la quieran contar los intereses de la izquierda o la derecha.

Algoritmo creado en 1978 para encriptar información resiste todos los ataques de computación cuántica [46]

  1. Joder, es que antes, en los 70, éramos informáticos como Dios manda. No escribíamos código: lo tallábamos en madera y luego unas abuelas muy simpáticas que teníamos encerradas en los armarios de metal lo tejían en formato binario usando los hilos de los núcleos de ferrita. Y nada de mariconadas en plan testeo de software. Una vez que el programa quedaba establecido en los núcleos de ferrita, se echaba a andar así ardiera el mundo. Que alguna vez ardía, vale, pero lo que te reías. Y las de cosas que inventábamos... ¿Recordais los floppy? Pues los disquetes floppy los inventó mi amigo Manu. La novia tenía muchos discos de Los Pecos y él estaba hasta la punta, así que se los robaba y les ponía, con pegamento Imedio del que se esnifa en los colegios, unas tiras de cinta magnética para poder usarlos como posavasos --los surcos le daban grima--. Y, oye, pegando pegando y rascándose un día la espalda con uno de los discos, se le escapó el susodicho, que terminó quedando encajado en uno de los lectores de cintas de manera que pasó por encima de los cabezales de lectura. Y, milagrosamente, la luz verde se encendió. Como lo echaron a la puta calle por cargarse una máquina de siete millones de pesetas de las de entonces, se le ocurrió que podía ganar una pasta vendiendo discos de Los Pecos tuneados. Lo hacíamos todo por derecho, como tiene que ser: Si había que imprimir un "hola, mundo", nos sacábamos la chorra y lo imprimíamos en la pared gota a gota. Así inventamos en mi departamento las impresoras de inyección. Bebíamos mucho té para que la orina fuera más oscura. Qué tiempos aquellos.

    Bueno, ahora os dejo, que ya se me ha instalado en MacOSX en la PDP-1 y tengo que ajustarle las bobinas.

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