#14 ¿Después de insultar en genérico pides respeto? Te voy a llamar culo escocido.
Sabía de sobra que nombrarías a Hayek antes o después; eso sólo confirma todo lo que he dicho. Al fin y al cabo sin Hayek y sus adláteres, Milton Firedman jamás habría tenido público ni terreno para implantar sus idioteces.
Te repito a ti lo mismo que le repito a todos los anarcocapitalistas como tú: yo soy socialista libertario y no voy llorando por ahí que el comunismo no es lo que hicieron los realistas soviéticos.
Puedo incluso sostenerlo intelectualmente, pero no me da por llamar ignorante a todo aquel que no piense como yo.
Cuando la gente como tú acepte que entre su fanatismo ideológico y la realidad práctica siempre hay un mar de defectos humanos (entre los que se encuentra el propio egoísmo que vosotros enaltecéis) habremos dado un gran paso adelante.
#8 Tú si que eres un cateto: el keynesianismo, por poco que os guste a los anarcocapitalistas, es un modo de liberalismo económico. De capitalismo, al fin y al cabo. Punto.
Que los friedmanitas como vosotros quieran reducir todo concepto del capital a su propia visión no deja de ser una manera más de fanatismo, en este caso ideológico.
Fue vuestro apoyo a las desregulaciones incompetentes auspiciadas por la escuela de Chicago durante las eras Reagan-Bush-Clinton-Bush-Obama la que ha colocado al mundo en su tesitura económica actual.
A ver si ahora va a resultar que el keynesianismo es una conspiración masónica para dar mal nombre al capital, no te jode...
Sabía de sobra que nombrarías a Hayek antes o después; eso sólo confirma todo lo que he dicho. Al fin y al cabo sin Hayek y sus adláteres, Milton Firedman jamás habría tenido público ni terreno para implantar sus idioteces.
Te repito a ti lo mismo que le repito a todos los anarcocapitalistas como tú: yo soy socialista libertario y no voy llorando por ahí que el comunismo no es lo que hicieron los realistas soviéticos.
Puedo incluso sostenerlo intelectualmente, pero no me da por llamar ignorante a todo aquel que no piense como yo.
Cuando la gente como tú acepte que entre su fanatismo ideológico y la realidad práctica siempre hay un mar de defectos humanos (entre los que se encuentra el propio egoísmo que vosotros enaltecéis) habremos dado un gran paso adelante.