Imaginemos el último humano de la Tierra. Podríamos decir que es rico porque puede apoderarse de todo sin que nadie se lo impida. Para qué le serviría si no puede compararse con nadie?
#13 Hola,
Yo me he leído el libro de Zimbardo donde cuenta el experimento porque lo voy a utilizar en el libro que estoy escribiendo. El articulo que comentas tiene razón. El problema es que Zimbardo llegó a la conclusión de que los seres humanos espontáneamente desarrollan relaciones de maltrato. La critica viene de que realmente estaban condicionados por las circunstancias del propio experimento, que no guardó las garantías necesarias para considerarlo científicamente valido. Lo que sí puede servir es como confirmación de otros experimentos como el de Milgram que demuestran algo diferente: lo fácilmente que estamos dispuestos a maltratar a nuestros semejantes bajo ciertas circunstancias ambientales. No es lo mismo y la diferencia es clave.
#2 Lo desconocía. Muy interesante el artículo. Solo comentar que soy español y jamás he oido utilizar "cheto" en el sentido que mencionas. Debe venir de otro país. dle.rae.es/cheto
Cuando escribo algo suelo copiar el texto a la ia y preguntarle qué opina, como si fuera un lector cualquiera: si le parece interesante y razonable. Suelo usar chatgpt, gemini y claude. Las mejores respuestas son de la primera.
#8 Supongo que deportarán a unos cuantos para tener la foto. En el fondo lo que se busca es la humillación del que se percibe como enemigo. Sus vitantes quieren ver inmigrantes sufriendo. El César lanzará unos cuantos herejes a los leones para contentar a la chusma.
#10 Hola
La cuestión es que, en la práctica, lo que es real y lo que es un constructo social nos afecta exactamente igual. Nuestra vida está enmarcada por unos límites, como decís; unas normas que pueden venir dadas por la realidad física o la social. Dentro de estas normas jugamos al ajedrez, solo que nuestro juego es más complicado porque los propios jugadores presionamos para cambiar las normas en nuestro beneficio. Además, los dos tipos de norma interactuan. Podemos cambiar ambas, solo que de distinta forma y hasta distinto límite.
El mundo se divide entre aquellos que piensan que la gente es idiota y los que pensamos que es malvada. El problema no es que la sobreinformación nos lleve a aplicar la navaja de Ockham al revés, sino que, como con cualquier navaja, vemos en ella un instrumento para rajar a nuestro rival.
Buen artículo, por cierto.
Saludos.