#47 Una cosa es que te dé por centrar tu vida en torno a la existencia de un principio ordenador garante de una teleología del que en realidad no conoces sino su epifanía en tanto que 'necesidad personal'. Otra que te dé por dotar a tal principio de una personalidad 'humana'. Otra muy distinta que te dé por adorar esa personalidad que te has inventado dotándola de una bondad infinita en claro desacuerdo con la realidad de la vida y la uses para garantizar tu supervivencia más allá de la vida. Y ya el colmo de las estupideces es que descubras que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que el Hijo se encarnó de una virgen concebida 'sin pecado' para curarnos de lo más esencial de nuestra naturaleza, (aka 'pecado original'), y, de paso, dejar un representante suyo en la tierra con capacidad para atar y desatar en la tierra y en el cielo, hasta el punto de que puede decidir sobre la existencia o no del purgatorio, la naturaleza del infierno, la eficacia de la confesión auricular y las indulgencias...
Vamos, que una cosa es el Logos como principio filosófico y otra muy distinta toda esa cantidad de basura folclórica desde la que se arrogan el derecho de decidir cómo tenemos que vivir todos. Y encima protegido 'por ley'.
Vamos, que una cosa es el Logos como principio filosófico y otra muy distinta toda esa cantidad de basura folclórica desde la que se arrogan el derecho de decidir cómo tenemos que vivir todos. Y encima protegido 'por ley'.