#174 Se merecen respeto los que trabajen 40 horas semanales. Yo no se de que se quejan los funcionarios que sí trabajan, yo lo que quiero es que se sancione duramente a los que no lo hagan, y los que cometan faltas graves que se los eche de la carrera pública.
No se que tienen que temer los funcionarios que sí trabajan, claro está, a menos que este tipo de prácticas sea generalizada y perjudique a muchos, y no a pocos.
#87 Yo tengo muy bien valorada la sanidad, y a los profesores de instituto. Otra cosa son los burócratas que hacen que todos los ministerios, ayuntamientos y demás administración pública sea un nido de postureo, absentismo, y corrupción.
#88 Yo he visto cómo inutilizaban cámaras con salfumán, o las ensuciaban con salsa, o las golpeaban con el palo de la escoba, en una cadena de restaurantes donde las instalé.
Para robar de vez en cuando un pollo y una botella de vino. O regalar pizzas a los amigos.
#91 como contribuyente tengo el derecho a quejarme si un trabajador público se escaquea. ¿Tu no te quejarías si recibes un mal servicio público o privado? Pues allá tú
#113 ¿De verdad crees que una educación privada *y libre* (recalco porque parece que se olvida fácil) es más cara que la estatal para la misma calidad? pues va a ser que no. Y por cierto que la estatal ya la estás pagando, habría que comparar en igualdad de condiciones, no habiendo ya pagado la estatal pagar encima otra.
Respecto de los incentivos.. Tengo amigos profesores. El estado establece un rígido y ampliamente detallado programa formativo. Los profesores no tienen mucha maniobra. Tampoco en la privada, porque el programa también les aplica.
#107 "La solución liberal que propones hace años que se ha demostrado un fracaso a todos los niveles, es tener una fe en la bondad de las organizaciones que nunca ha existido ni nunca existirá."
Ahí estás criticando que la educación se haga desde la sociedad civil porque es un fracaso. Por cierto, curioso que no creas en la bondad de las organizaciones.. ¿el estado no es una organización? Que además no tiene competencia que le incentive a mejorar sus servicios, ni la necesita. Porque el estado se financia no convenciéndonos para comprar sus productos y servicios, sino literalmente cobrando por ellos de forma forzosa para luego obligarnos a usarlos, en el caso de la educación primaria y secundaria.
#102 ¿En serio ahora vamos a ponernos a discutir sobre el origen de las cosas? ¿Sabes que ese estado que tanto te gusta proviene de una dictadura? ¿sabes usar argumentos en vez de falacias?
#96 que las escuelas privadas y libres existen. Y hay muchos modelos. Están las montessori por ejemplo. Que compitan, y vayan mejorando. Los padres decidirán en cada momento cual creen qué es mejor para sus hijos. Y no Rajoy ni Sánchez.
#87 oh por supuesto, ¿cómo iba a funcionar una escuela privada y libre? Como qué digo yo, la Institución Libre de Enseñanza que era como su propio nombre indica LIBERAL por mucho que la izquierda quiera ahora apropiarse de ella.
#131 el mal menor
¿Tú qué harías? Un poco de empatía, por favor
Claro que lo suyo sería una solución a nivel estatal, pero bueno, no parece que vaya a llegar
EDITO: Hablo de pisos de bancos, no de particulares, porque si le robas un piso a un particular estás en las mismas, alguien va a dormir en la calle
#106 No generalices, hay de todo. Conozco casos de gente con hijos que han ocupado por pura necesidad en Barcelona, y han mirado bien la propiedad que no fuera un particular, y en otros casos han encontrado casas semiruinosas que han adecentado bastante
#152 no es un caso puntual. Es casi una norma en mi barrio y los ocupas van dando vueltas por el barrio y siempre buscan pisos de bancos.el barrio esta lleno de ocupas pero casi nunca es de propietarios.
#96 ¿y quién ha dicho que el estado no deba luchar contra el fraude, ya sea alimentario como financiero?
Lo que si le digo es que si en una etiqueta consta que tiene tantos azúcares procesados y tantas grasas y tanta nicotina y alquitrán, es el individuo el que debe decidir si consume ese producto o no, nunca el estado.
Igual que si yo decido que mi arte implica clavarme el escroto al suelo de la plaza mayor el estado no es quién para impedírmelo (bueno sí lo es porque los adoquines de la plaza son un bien público y yo estaría atentando contra él, pero no por la suerte de mi escroto o aledaños).
No se que tienen que temer los funcionarios que sí trabajan, claro está, a menos que este tipo de prácticas sea generalizada y perjudique a muchos, y no a pocos.