Al profesor se le respeta si las relaciones de jerarquía y autoridad están claras entre el educando y el educador. Y eso se consigue de tres formas:
1- Mediante la educación privada en casa, a través de los padres. La escuela no es un centro de formación del carácter.
2- Marcando claramente que el colegio no es un ámbito privado, ni una extensión de él, sino un ámbito público y por lo tanto ajeno a la subjetividad de los padres.
3- Haciendo que la ley le dé al profesor una autoridad
En Finlandia el 95% de la educación es pública. Eso significa que los padres NO tienen derecho a elegir la educación de sus hijos. No son clientes de compras, sino receptores del derecho universal a la educación, que es producto del estado y de los expertos. (En los concertados, desde luego, es otro cantar).
El equilibrio se rompe cuando los padres se ponen a juzgar a los profesores porque sí (miren el comentario número 1), a creerse por encima del sistema educativo, y a quitarle autoridad al profesor, porque la ley no le respalda.
Un profesor puede ser divertido o aburrido, simpático o borde. Lo que se le pide es que diga la verdad, respete a todos por igual y transmita el conocimiento que se le exige. La obligación del alumno es aprender. Si se tienen quejas sobre un profesor, que sea porque miente, porque no respeta o porque no enseña (que hay profesores que así de mal trabajan). No porque a nuestro hijo "no le motiva", "no se esfuerza", y demás chorradas. Entender la tarea del docente es la primera muestra de respeto.
Solo así se consigue el respeto al profesor: entendiendo que es un garante de nuestros derechos, y un transmisor de conocimiento.
Que mareamos mucho la perdiz para un asunto tan sencillo en su esencia.
Igual que está censurado el PCPE, las Marchas de la Dignidad, el PCE... En cambio, siempre hay sitio para los que alguna vez traicionaron a la izquierda, a aquellos que defendieron siempre pactos con el régimen, a los miembros de la "casta" político-económica del régimen.
Ahora Podemos experimentará lo que todos sabíamos: serán censurados igual que el resto de organizaciones favorables a las clases populares. Si les auparon en un primer momento fue porque pensaban que harían daño a IU y con ello al conjunto de la izquierda anti-régimen en general, pero si finalmente hay confluencia les habrá salido el tiro por la culata.
La gente se está dando cuenta de qué tipo de régimen censurador, autoritario y de chiringuito de unos pocos es este. Ante ello no caben mesías (por mucho que algunos crean que lo pueden ser Alberto Garzón, Julio Anguita o Pablo Iglesias). Ante esto sólo se puede responder con ORGANIZACIÓN Y LUCHA desde abajo.
1- Mediante la educación privada en casa, a través de los padres. La escuela no es un centro de formación del carácter.
2- Marcando claramente que el colegio no es un ámbito privado, ni una extensión de él, sino un ámbito público y por lo tanto ajeno a la subjetividad de los padres.
3- Haciendo que la ley le dé al profesor una autoridad
En Finlandia el 95% de la educación es pública. Eso significa que los padres NO tienen derecho a elegir la educación de sus hijos. No son clientes de compras, sino receptores del derecho universal a la educación, que es producto del estado y de los expertos. (En los concertados, desde luego, es otro cantar).
El equilibrio se rompe cuando los padres se ponen a juzgar a los profesores porque sí (miren el comentario número 1), a creerse por encima del sistema educativo, y a quitarle autoridad al profesor, porque la ley no le respalda.
Un profesor puede ser divertido o aburrido, simpático o borde. Lo que se le pide es que diga la verdad, respete a todos por igual y transmita el conocimiento que se le exige. La obligación del alumno es aprender. Si se tienen quejas sobre un profesor, que sea porque miente, porque no respeta o porque no enseña (que hay profesores que así de mal trabajan). No porque a nuestro hijo "no le motiva", "no se esfuerza", y demás chorradas. Entender la tarea del docente es la primera muestra de respeto.
Solo así se consigue el respeto al profesor: entendiendo que es un garante de nuestros derechos, y un transmisor de conocimiento.
Que mareamos mucho la perdiz para un asunto tan sencillo en su esencia.