“El camino del spaghetti al dente está por todos lados rodeado por la gula de los impacientes y la tiranía de los cocineros malos. Bendito sea aquel chef que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los spaghetti en su punto óptimo. Porque él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los manjares perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquéllos que no acompañen con albóndigas y salsa de tomate el plato! ¡Y tú sabrás que mi nombre es MVE, cuando mi venganza caiga sobre ti!.”
Yo he sido tocado por sus tallarinescos apéndices y he despertado... No hay pena, ni miedo, ni dolor desde que Éllo existe en mi vida:
"Hervirás los tallarines en 4 litros de agua hasta que estén al dente. Los escurrerás y reservarás. Para preparar la salsa, hervirás primero un medio coco troceado en un vaso de agua hasta que espese. Colarás y reservarás el líquido. En una sartén, freirás la cebolla bien picada. Cuando esté dorada, añade 1 cucharadita de curry y 1 cucharadita de harina, tamizándola con un colador. Añade a la mezcla una manzana rallada, dos vasos de caldo y el sirope de coco, no dejes de remover, déjaraslo cocer durante media hora a fuego lento. Salpimentarás y añadirás una cucharadita de zumo de limón. Echarás la salsa por encima de los tallarines. " Pastas Gallo, capítulo 5, versículos del 9 al 18.
Ramén.
Lo siento, tiempo libre