El elefante lloraba
Pues vio a su mamá morir.
¡Duerme, elefantito mío,
Que Juan Carlos te va a oír!
Está con su rifle muy cerca,
Se le oye en el manglar gruñir.
¡Duerme, elefantito mío,
Que Juan Carlos te va a oír!
El elefante lloraba
¡Con un aire de aflicción!
Echaba la trompa al viento
Y parecía que en la luna,
Se limpiaba la nariz…
Yo me uniría no de buena gana, feliz y contenta me uniría a la manifestación de hoy. Pero hace unos días que me operaron de la columna y debo quedarme en casita, sufriendo por no poder estar en Sol, calentándome con los rayitos de esta revolución.
Pero si mi espalda no me permite estar, y a pesar de todo lo cursi que suena,estaré en corazón, en alma y en pensamiento. Colgaré un sol amarillo bien bonito en mi ventana para que se sepa que estoy allí. Un abrazo a todos y mucho, mucho éxito.
#51 (y de rebote a 60 que no lo había leído hasta ahora)
Perdonad, pero yo no insulto a nadie, o por lo menos no era mi intención. Si os habéis ofendido, os pido disculpas. Contestaba a varios insultos no sólo a las feministas sino a las mujeres en general.
Sólo he dicho que las cosas han cambiado mucho para las mujeres. Que lo que no ha cambiado tanto son los hombres. Atención a la palabra tanto (creo que en realidad he dicho mucho, pero para el caso es lo mismo), eso no es generalizar. No he dicho que los hombres no hayan cambiado en absoluto.
Como dicen los que no son racistas, ni machistas, ni homófobos: si hasta tengo amigos hombres. Y aseguro que hay de todo, pero más de lo otro, por desgracia.
#50 Pues podría parecerlo, sí. Pero así se avanza muchas veces, a tanteos. No conozco el proceso por el que se eligió ese término, pero sospecho que en él hay un intento de diferenciar los hogares monoparentales femeninos de los hogares monoparentales masculinos porque por lo general, los femeninos tienen más necesidades estructurales, al ser la mujer en muchas más ocasiones objeto de discriminación (laboral, salarial, reivindicativa, etc.). Las necesidades de intervención en ambos tipos de hogar es muy diferente, porque las necesidades lo son. Si queremos marcar la diferencia, tendrán que tener nombres diferentes. Todo es pan, pero hay pan blanco, pan negro, pan candeal... No sé si me he explicado. Por eso creo que es sano que se debata todo lo posible hasta dar con el término adecuado.
Un saludo
No, ¿por qué? Hay conceptos que necesitan un nombre. Y conceptos Con esto le intento responder también a alguien que me dice que una cosa es debatir y otra inventar. Y es que cuando no existe el término pero sí el concepto y la necesidad de denominar o bautizar el concepto, hay que inventarlo. O sacarlo de otro ya existente, modificándolo. Que surjan varias propuestas, aunque algunas parezcan más o menos apropiadas, no me parece mal, al contrario, insisto, me parece sano. El tiempo dirá en lo que queda.
Debatir los términos con los que nos referimos a las cosas, no es nada malo. Al contrario, es sanísimo. Cada cosa (léase problema o situación) debe tener un nombre concreto para podernos enfrentar a ella de forma efectiva.
Por otra parte, gracias a las feministas hoy las mujeres leen, escriben, suman, restan, multiplican y dividen, estudian, pueden trabajar sin tener que pedir permiso a papá o al marido, tener una cuenta en el banco, casarse cuándo y con quién quieran, no casarse si no les da la gana y que no las llamen solteronas o cosas peores, decidir cuántos hijos quieren tener y cuándo, no tener hijos si no les da la gana y que no las llamen secas o yermas o cosas peores, elegir a sus representantes políticos y ser elegidas. Y un largo etcétera. Las cosas han cambiado mucho para nosotras gracias al feminismo.
Lo que no cambia mucho es la forma de reaccionar del hombre. Esto sí que debería ser asunto de estudio serio.
Papeleta electoral de una "sacrificada" de la generación del 60:
Tengo un hijo treintañero,
Educado e ingeniero,
Sin un rato de relajo
Porque no tiene trabajo.
Mi marido está en la edad
En que uno se jubila,
Pero suda, teme y tiembla
Trabajar ya de por vida.
La mami nunca encontró,
Lo digo con cierta pena,
Otro nicho laboral
Que no fuera en “La Almudena”.
Pero lo peor de esto,
Es que todo ha sido un cuento:
Una década de ensueño,
Se vuelve España tarumba,
Cuatro ratas son los dueños
Y de pronto nuestros hijos
Se han convertido en…¡basura!
Y ¿cuándo crié yo dos bolsas
Que de eso ni me enteré,
Convencida que educaba
Dos hijos que son personas?
¡¿Y pretenden que les vote?!
¡JA!
Tengan, señores, MI VOTO:
Dado que vote a quien vote,
Mi voto será igual de nulo,
Servidora, de un rebote,
Les manda a tomar….
Pues vio a su mamá morir.
¡Duerme, elefantito mío,
Que Juan Carlos te va a oír!
Está con su rifle muy cerca,
Se le oye en el manglar gruñir.
¡Duerme, elefantito mío,
Que Juan Carlos te va a oír!
El elefante lloraba
¡Con un aire de aflicción!
Echaba la trompa al viento
Y parecía que en la luna,
Se limpiaba la nariz…