#12 Cualquiera tiene todo el derecho del mundo a proteger su trabajo. Otra cosa bien distinta es lo que luego hace con él. Ponerlo en Spotify, subirlo a Youtube o regarlarlo por la calle.
R de Rumba, como tantos otros (Estopa por ejemplo), se ha encontrado con un modelo titánico y arcaico que es muy difícil de derribar. Difícil, pero no imposible. Y es ahora cuando se están dando cuenta del verdadero poder que tienen sobre su obra. Es decir, nadie, a excepción de quienes les escuchamos, tiene capacidad para decidir qué, cómo y cuándo deben publicar. Y menos aún qué modelo de negocio quieren utilizar.
Paradójicamente R de Rumba usa las obras de otros para sus mezclas. Por lo que pretender registrar una obra de otra obra se hace extremadamente complicado.
Pero no confundamos la descarga libre con la protección de la obra. Uno puede tener registrado su trabajo para que nadie lo plagie o lo use de la manera contraria para como se ha compuesto originariamente y, al mismo tiempo, hacerla de dominio público para que todo el mundo tenga acceso a ella. Y sí, con la posibilidad de pago también. Que ya seremos nosotros, como consumidores, los que haremos efectivo el modelo si lo consideramos adecuado. Las licencias de uso y protección deben regular todos los ámbitos posibles.
Pero viendo la actuación de la SGAE es normal que uno se sienta avergonzado. Lo que es inaudito es que sea privada, que actúe como una mafia y que encima tenga el apoyo del gobierno. No.
La SGAE en todo caso, debe ser un organismo público y transparente. Conocedora del mercado, de los canales de comunicación, de las tendencias. Abierta al ámbito internacional y en constante evolución, donde poder acudir a pedir consejo o ayudas, y donde no se comierce con la cultura.
Si esto fuera un país como debiera, la SGAE estaría a la cabeza de la revolución tecnológica y no defendiendo lo indefendible. O lo que es peor, enfrentando a autores y consumidores.
#11 Cierto. Pero no olvidemos el componente psicológico de la terapia. El paciente debe saber en todo momento que la solución a su enfermedad se encuentran en el equipo médico que lo está atendiendo. No en el reiki. El reiki ni diagnostica el cáncer, ni lo cura.
Los placebos, sea homeopatía o sea reiki, mal llevados, son extremadamente dañinos para la mente humana. Pueden confundir al paciente haciéndole creer que su enfermadad ha sido curada por una técnica milagrosa, cuando el verdadero mérito está en las personas que durante mucho tiempo de su vida se han dedicado a investigar el cuerpo humano a golpe de microscopio.
Uno puede asistir a clases de relajación como terapia complementaria. Pero sabiendo eso, que son clases de relajación, y que no existen energías internas en el cuerpo humano que lo regulan.
-Dime hijo
-Cuando termina la clase de gimnasia y estamos en la duchas, los demás chicos no tienen pelo ahí y yo sí...
-Anda hijo, no seas capullo, que llevas repitiendo cinco cursos