En Tenerife, "existen auténticas mafias que lo controlan", explica una usuaria, que quiere mantener el anonimato. Habla de intimidaciones, amenazas y peleas verbales, aunque en alguna ocasión "se ha llegado a las manos". Recuerda que la empresa que diseñó el juego no contó con un sector de la población que controla el Pokemon Go: "los jubilados, quienes aprovechan para tener bajo su yugo a la gente más joven". Insiste que, este tipo de personas, han puesto "normas" que hay que seguir, y quien no las cumple "los intimidan y amenazan".