Suprimir el diésel y el gasolina tendrá una serie de consecuencias que veremos en la industria pero también en las calles. Habrá que asumir cambios, pero esto ya está ocurriendo en los modelos de consumo porque los jóvenes no se compran tantos coches, ya que prefieren compartir. Las salud física (menos cánceres, infartos, derrames. embolias, alergias) la salud mental (debido a un menor ruido en las ciudades) serán las más favorecidas después del clima.
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