Ha pasado precisamente un mes desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó su “operación militar especial” contra su vecino del Este, y no se vislumbra un final claro. La OTAN, la UE y otros países se negaron a involucrarse directamente en la guerra, a pesar de condenar las acciones de Rusia. Sin embargo, decidieron comenzar a imponer varias sanciones, en su mayoría financieras, contra el agresor, sus líderes y, en última instancia, su gente. Innumerables empresas globales, incluidos gigantes como Apple, Nike, Ikea, Shell, Goldman Sachs