La segunda persona más rica del mundo es española y, aunque sólo sea por ese ápice de curiosidad, siempre resulta llamativo observar dónde invierte y deja de invertir su dinero. El caso de Amancio Ortega es paradigmático, ya que, al contrario que otros hipermillonarios, el español tiene un perfil público muy discreto y, más allá de sus inversiones inmobiliarias, no solemos saber mucho más del resto de sus aventuras empresariales al margen de Inditex.