Al sobrevolar en 1937 escarpados picos de la cordillera de Alaska, el explorador Bradford Washburn miró hacia abajo y vió que por las laderas al sur de Denali y el monte Silverthrone corría nieve acumulada en miles de inviernos; en un punto la masa glaciar se colaba de por un corredor de paredes de granito de 1,5 km de ancho. Y pensó que era profundo. Ahora un estudio, con radar remolcado por moto de nieve y mediciones aéreas de la NASA, estima la profundidad de la Gran Garganta: 2.460 m.
- Paper (abierto):
doi.org/10.1017/jog.2024.53