Europa se enfrenta a la realidad del sabotaje al sistema energético. No es la primera vez. En septiembre de 2022, la explosión de los dos gasoductos que unían Rusia con Alemania, el NordStream 1 y 2, abrieron la caja de Pandora a un escenario donde la seguridad energética se quedaba en entredicho. Y hace dos días, Alemania y Finlandia alertaban por la rotura de un cable de comunicaciones en el Báltico a causa de una "fuerza externa", mientras que las autoridades de Suecia, por su parte, abrían una investigación por los daños en otro cable.