Junto a su enmienda, el Grupo Popular no ha registrado un texto alternativo al del departamento que dirige Irene Montero. La formación conservadora evita así tener que abrir un debate interno sobre este asunto, en el que el partido no mantiene una posición única. Bajo las siglas del PP conviven distintas sensibilidades: el ala más dura, en la que hay al menos cinco diputados del grupo parlamentario, defiende prohibir esta práctica. Sectores más liberales, apuestan por una regulación
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