Tenía que compartir habitación sin cuarto de baño, que era común, realizar las tareas de limpieza como el resto de estudiantes y acostumbrarse a que nadie le tocara en la puerta como sucedía en el palacio de la Zarzuela. A las 6:45 sonaba el despertador y hasta las 8 que comenzaban las clases debía darle tiempo para la ducha, el arreglo de la habitación y desayunar. El problema del príncipe Felipe en aquella época, y que en ocasiones ha resaltado Jaime Peñafiel, era su dificultad para levantarse al alba, y en el internado las normas eran para
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