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La farsa de la salud mental como política progresista

Es triste observar que la prioridad sea la salud mental. No reformar la estructura que produce la enfermedad. No intervenir en el origen que provoca la perturbación. Pero sí corregir la “externalidad” de un sistema del que, ¿se hace alguna objeción? Priorizar la salud mental es situar el error, el fallo o la anomalía en la persona, a quien hay que “arreglar” o “reparar” como si fuese una pieza de una arquitectura indiscutible.

| etiquetas: salud mental , progresista

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