Los pro-vida deberían dar las gracias hoy a las personas que nos han traído aquí, incluidos Trump y McConnell. “Estar agradecido es humillante; es más difícil que la postura de superioridad que proviene de la crítica. Al extender gratitud a las personas e instituciones que hemos criticado o cruzado en el pasado, la gratitud también es un primo cercano de esa gran virtud cristiana, el perdón.“
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