Poema - Supervivencia

Uno siempre espera

que suceda algo,

que algo bueno suceda,

algo que le dé un giro brusco,

un empujón, un bandazo

de suerte a su vida,

de repente, porque sí,

en el momento más inesperado.

Pero no pasa nada, claro,

nunca pasa nada.

Porque uno no es más que un pobre

diablo (qué te creías, pues),

un número, una fecha,

un papel olvidado en un sótano

tétrico, traspapelado

entre millones de papeles.

Y al final, uno, que remedio,

acaba aceptando que es así,

asume el fracaso,

se mira en el espejo y se da risa

(o llora, pero muy bajo),

se dice que la vida..., en fin,

que no hay nada que hacer, 

y ni siquiera se queja, para qué.

Uno ya solo quiere llegar 

al día siguiente,

sin sobresaltos, poder ver a su 

equipo por la tele el sábado,

fumar menos,

dormir bien,

echar de vez en cuando un trago,

cumplir años,

seguir vivo..., sin más.

Karmelo C. Iribarren