Hay días grises,
tediosos,
que, a última hora,
cuando ya no esperas nada,
te sorprenden
con un crepúsculo espectacular.
Yo los llamo
días paradójicos:
su muerte los salva.
Karmelo C. Iribarren
Hay días grises,
tediosos,
que, a última hora,
cuando ya no esperas nada,
te sorprenden
con un crepúsculo espectacular.
Yo los llamo
días paradójicos:
su muerte los salva.
Karmelo C. Iribarren
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