Adiós. Tan cara eres que no puedes ser mía.Y ya conoces bien tu auténtico valor.Tu título de méritos te hace libre y digna.Sobre ti mi derecho ha tiempo prescribió.
¿Acaso te retuve sin que tú lo quisieras?¿Para tanta ventura qué méritos tenía?Pues no hay razón ni causa para que te retenga,mi privilegio pierdo y mi suerte declina.
Te entregaste en mis manos sin saber tu valory quizás te engañabas al pensar en el mío.Hoy retorno a su origen, tras pensarlo mejor,tan valioso regalo por error ofrecido.
Tu amor he poseído cual sueño lisonjero.Fui rey mientras dormía, y nada soy despierto.
Sonetos de Amor de Shakespeare (1564-1616)