Ni el más leve atisbo
de emoción en sus ojos,
esta tarde, al cruzarnos.
Me ha mirado
como te mira una pared vacía
donde no queda
nada, ni la sombra
de la huella de un cuadro.
Se ha perdido entre la gente…
Esta vez sí, para siempre.
Karmelo C. Iribarren