Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.
Soy una niña de pecho,
acabo de nacer
del terrible parto del amor.
Ya no amo.
Ahora puedo ejercer en el mundo,
inscribirme en él,
soy una pieza más del engranaje.
Ya no estoy loca.
Cristina Peri Rossi