Oda al amor propio

Convertí cada golpe en impulso...

Cada dolor en aprendizaje...

Cada roto en belleza.

Convertí cada ausencia en vida...

Cada llanto en sonrisa...

Cada herida en amiga.

Convertí cada resistencia en fuerza...

Cada 'no' en reto...

Cada luego en paciencia.

Convertí cada recuerdo en historia...

Cada historia en sabiduría...

Cada verso en poesía.

Convertí cada rechazo en amor...

Cada amor en entusiasmo...

Cada entusiasmo en autoestima.

Me convertí, a golpe de remo...

A fuerza bruta, con motivo de peso...

Me convertí para rehacerme...

Construirme de nuevo...

Vivir sin consuelo. 

Y lo hice porque la vida me obligó...

Porque no había escapatoria...

Porque quien no crece, enloquece...

Quien enloquece, pierde el norte...

Y sin norte, navegas muerto.

Y antes de morirme en vida...

Aprendí a estar conmigo...

Aunque aún me sangren yagas...

Me escuezan órganos...

Y me duela la tripa y a veces el alma.

Aprendí a dar sin esperar...

Convertí mis taras en banderas...

Mi vergüenza en orgullo...

Mi vida en oportunidad.

Y entendí el valor de mi misma...

La libertad de quien va a mi lado...

Lo inesperado del camino...

Los regalos del mundo.

Y así decidí hacerlo, todo aún mejor...

Sola o en buena compañía...

Sabiendo esperar, sabiendo sentir...

Disfrutando de mi nueva yo.

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