El alcohol se bebió la vida mía
Esa llama azul qué nos separa
Ya no me deja ni tocarte
Caímos sin sentido en él sueño
Sueño frío y doloroso del suelo
Quién pudiera respirar por otro
Qué mi aliento fuese el tuyo
Por siempre el vicio se borrará de tus noches
No oler más el veneno escapando tu aliento
La sangre derramada por los sorbos
Mantienen el ánimo caliente
El dolor latente es el ritmo y la música
No quiero escuchar, ni ver, nisiquiera sentir
Pero la llama azul del alcohol arde incombustible
Me abraza todas las noches al acostarme en la cama
Pasarán los años, qué será de nosotros
Sí de embriagarnos con la sangre de Cristo
Hemos caído en la hemorragia constante de la cruz
Ya no podemos sanar, solo nos queda el silencio
Del crepitar de nuestros cuerpos siendo poseídos
Por tan cruel fuego de llama azúl
Guardaré nuestros recuerdos en un baúl
Para que alguien conserve los buenos días
Qué trajiste al mundo con tú sonrisa
Pero ya hoy solo quedan los gritos en la oscuridad
Un paso lento, como él que te lleva al infierno
Duele no poder tomarte de las manos y salvarte
Pero solo quedan piel y huesos,
El calor febril de la bebida y del olvido
Son una puerta de escapada al sufrimiento,
Al abrirla su promesa siempre cumplirá
De alguna u otra manera el sufrir cesará