El miedo siempre
atenaza al corazón,
que no es razón
es ánima.
Eso que nos anima
como las ánimas
en pena o en alegría.
Morir.
Tal vez soñar.
Soñar.
Tal vez morir.
Vivir.
Tal vez sentir.
Sentir.
Tal vez negar.
Morimos cada día
y despertamos
de un sueño eterno
cada día,
a cada hora,
a cada instante.
Una mente nos anima
como si fuéramos ánimas
portando antorchas
en un bosque infinito.
Solas y acompañadas.
Acompañadas y solas.
El miedo siempre
atenaza al corazón,
que no es razón
es ánima.
ContinuumST (Enero, 1999)