Higa e higo, aun partiendo de la misma raíz latina (ficus: higo e higuera), son palabras que significan cosas bien distintas en castellano moderno. Más tarde se perdió la f inicial en ambas voces, y se convirtió en h, siguiendo la pauta común del castellano, al contrario que otras lenguas ibéricas, como el portugués, el catalán o el gallego, que la mantuvieron.