"Un ciudadano que deja que le invada la corrupción no es cristiano, ¡apesta!". Así de contundente ha sido el papa Francisco con la corrupción. Nada de cogérsela con papel de fumar, como hacen algunos políticos: que si estar imputado significa que no hay todavía sentencia, que qué hay de la presunción de inocencia. Ahora que toca meter la papeleta en la urna, una de las cuestiones que plantearse es si cuando votas a candidatos sobre los que pesa la sombra de la corrupción o que se han rodeado de corruptos es porque apruebas sus comportamientos.
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