El local acaba de cumplir 30 años. Arrancó como Videoclub Lanzarote, cuando había competencia (y yonquis) en este popular barrio madrileño de clase trabajadora y, desde entonces, ha pasado por seis manos. Mari Carmen lo cogió en 2007, después de que una gran empresa la pusiera de patitas en la calle. Ella asegura que ha visto todas las 5.000 películas de Videomanía. Bueno, las porno no. “Son señores de setenta para arriba quienes se las llevan”. La mayor deuda la tiene un chaval que se llevó ¡Olvídate de mí! en 2005. Debe exactamente 12.894 €
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