En el municipio pacense de Los Santos de Maimona, próximo a la sierra de San Cristóbal, se encuentra el denominado ‘Capricho de Cotrina’. Se trata de una de las construcciones más curiosas de España, que recuerda a las que hizo Gaudí. La construcción es el resultado de la imaginación del albañil y marmolista Francisco González Gragera que, atendiendo al deseo de su hija pequeña, quiso tener una casa de campo que fuera completamente distinta a las demás y con apariencia de castillo o palacio de princesa de cuento.

Todos queremos causar una buena impresión al comenzar un nuevo trabajo, ¿No es cierto? Desafortunadamente, un becario de personal de prisiones en Alemania hizo exactamente lo contrario, cuando envió fotos de las llaves de la institución a sus amigos en WhatsApp. Aunque sus intenciones parecían cándidas, estas fotos podrían poner en grave peligro la seguridad de la prisión. Como resultado, las 600 cerraduras de la cárcel tuvieron que cambiarse; y el aprendiz podría incluso tener que desembolsar decenas de miles de euros por el error.

Resaltando que se trata de una propuesta muy imaginativa y de «fuerte raigambre folclórica», aunque sin negar que también es arriesgada, numerosos transeúntes han defendido hoy el piropo machista de un albañil porque consideran que hay que separar al artista de la obra.

“Pero hombre... ¿qué hace un ninja como tú así sin capucha, ni una espada a cuestas?”. José Defez encaja la broma mezclando sonrisa y suspiro. Porque él sabe mejor que nadie que los ninjas existieron, pero no con ese nombre. Ni llevaban espada a la espalda. Ni mucho menos iban vestidos de mamarracho, como suelen aparecer en las películas. Los ninjas fueron un cuerpo de élite de los samurais japoneses entre los siglos XIV y XIX, y lo que querían precisamente era pasar desapercibidos.

Raúl Riso reinterpretó el karate clásico y lo adaptó a los combates en la vida real. Hasta hoy sigue siendo el que mayor influencia ha ejercido en el estilo de combate de las unidades especiales soviéticas y rusas.

Joe es un agricultor de Canadá que es muy aficionado a los juguetes a control remoto y que desde hace 11 años ha llevado su pasatiempo más allá: ha conseguido cavar en su propio sótano un túnel utilizando solamente una flota de vehículos de construcción en miniatura. La mayoría los ha hecho él y modificado a su gusto.