La historia es real. Chica conoce a chico en Tinder. Chico propone plan sorpresa. Chica acepta. ¿Dónde acaban? Sí, bingo, en un rocódromo haciendo escalada. La fiebre de la escalada ya está aquí. Como todas las otras —la del yoga, la de la cerámica, la del muay-thai, la del cross-fit, etcétera— seguramente haya llegado para quedarse. Pero también es posible que ahora mismo la afición esté en la cresta de la ola y tienda a bajar porque la gente al final no puede hacer cinco actividades a la vez.
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