Hace unos días Flaten salió de su casa con su novia y vio que frente a la entrada de su garaje había un extraño bulto. Se trataba de más de 91,000 monedas de un centavo de dólar, los llamados ‘pennies’, una considerable cantidad de metal equivalente a los 915 dólares que se le adeudaban. Por añadidura, esas monedas estaban cubiertas de una sustancia grasosa, una suerte de aceite, y venían acompañadas de un recibo y un mensaje, al parecer insultante, que señalaba que ese dinero era la paga final de Flaten de parte de A OK Walker Autoworks.
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